Relato parto Hospital Universitario y Politécnico LA FE
Ahora mismo estoy embarazada de mi segundo hijo/a y estaba buscando relatos para ver si han cambiado el protocolo de partos en estos últimos 4 años en el Hospital La Fe de Valencia, y leyendo el resto de experiencias me he animado a compartir con vosotras la mía.
Tuve un embarazo totalmente normal, yo tenía 28 años y no tuve ninguna complicación durante el embarazo, lo único es que en las últimas semanas vieron que el bebé era más bien pequeñito, 2.900kg en la última ecografía. Durante todo el embarazo llevé una alimentación saludable, engordé 12 kg y los últimos 4 meses daba 3-4 caminatas semanales de 2h cada una, por lo que cuando llegó la FPP el bebé ya hacía tiempo que estaba perfectamente colocado, además estuve haciéndome los masajes perianales.
La FPP llegó y pasó, durante la semana 40 tuve dos controles en monitores, en ambas ocasiones sólo me pusieron las correas y una ecografía, sin realizar ningún tacto. En la segunda visita el ginecólogo me dijo que en cuanto cumpliera las 41 semanas me tendrían que inducir el parto, ya que según ellos prolongar el embarazo ponía en riesgo al bebé. Este era el protocolo del hospital.
Llegó el día de la inducción y me dirigí al hospital a las 09:00 en ayunas, siguiendo las instrucciones que me habían dado en mi última visita. Ingresé yo sola por urgencias de obstetricia y allí me realizaron una primera exploración, una ecografía, me pusieron la vía “para el gotero”, una analítica y un tacto en el que me dijeron que estaba de 2cm y muy verde. Me explicaron que me iban a inducir el parto, y para ello me iban a administrar unas “pastillas” vaginales para ablandar el cuello del útero y que cuando esto ya estuviera, lo cual podría tardar muchas horas, me pondrían la oxitocina. Me advirtieron de que pese a ser las 09:30 de la mañana seguramente no diera a luz hasta el día siguiente, pero que eso era algo imprevisible.
Me pasaron a la sala de monitores que hay en urgencias, es una sala grande con unas 10 camillas separadas por cortinas. Quieren monitorizarme un rato antes de comenzar con todo el proceso. En ese momento solo había una camilla ocupada por una mujer que había dado a luz unas horas antes y estaba esperando junto a su bebé y su marido a que se vaciara alguna habitación porque no habían habitaciones libres, llevaban ahí unas 4 o 5 horas… Me hicieron tumbarme en una camilla y me pusieron las correas, les pregunto si me puedo levantar o poner sentada en la camilla y me dicen que no porque sino las correas se desajustan y no pueden monitorizar al bebé. Cuando ya estoy “instalada” avisan a mi marido (que todavía estaba en la sala de espera) y ya dejan que se quede conmigo hasta el final del parto.
Al poco rato, y de forma espontánea (aún no me habían administrado nada), empiezo a tener contracciones, cada vez más seguidas y más fuertes pero son totalmente tolerables. Deciden esperar a ver si me pongo de parto por mi misma así que no me administran las “pastillas” para ablandar el cuello del útero. Al cabo de unas 3 horas alcanzo dinámica de parto, con contracciones constantes y muy seguidas, me realizan un tacto y ven que ya estoy de 3 cm y se ha ablandado el cuello del útero. Me dicen que pase a dilatación/paritorios (que es la misma sala) y al levantarme y andar 4 pasos me noto toda mojada hasta las rodillas, le digo a la matrona que creo que he roto aguas, me abro la bata para comprobar y veo espantada que no es agua, sino sangre hasta las rodillas. Me dicen que es por el tacto que me acaban de hacer y que es normal.
Ya son las 13:00 y entro a paritorios contentísima por haberme puesto de parto de forma natural, parece que me he librado de la inducción. La sala es grande y ahí está el “potro” (que estaba en modo camilla), y una cunita al otro lado de la sala llena de aparatos para revisar el bebé cuando nazca. En los alrededores de la habitación hay distribuido material médico por todas partes. Nada mas entrar me ofrecen ponerme el enema, a lo que accedo, puesto que si que quería usarlo para estar más tranquila después. Me aplican el enema (casi ni se nota puesto que es muy pequeño) y me dicen que vaya al cuarto de baño (baño privado en el propio paritorio). Voy al baño y todo estupendo. Al volver me dicen que me tengo que tumbar en el potro/camilla para ponerme los monitores y que desde ese momento no voy a poder levantarme ni moverme porque sino se sueltan las correas y tienen que monitorizar al bebé para ver que esté bien. Me tumbo y la matrona va de un lado al otro del paritorio preparando sus cosas, me pone un suero en la vía y cuando me quiero dar cuenta veo que acaba de poner un segundo gotero, le pregunto que qué es eso y me dice un nombre que yo no conozco, me quedo extrañada y le pregunto si eso no será la oxitocina y entonces me responde que SI. Aquí me quedo perpleja, si entro habiéndome puesto de parto espontáneamente no entiendo porque me ponen la oxitocina si la dilatación estaba siguiendo un curso normal. Al poco rato las contracciones comienzan a subir de intensidad, le pregunto que cuando me podrán poner la epidural y me responde que todavía falta mucho y que no me la puede comer todavía. Se hacen las 14:00 así que la matrona se va a comer y nos deja solos en el paritorio durante una hora. Durante esa hora la oxitocina fue incrementando más la frecuencia y duración de las contracciones y se convierte en algo insoportable. Estoy sola en el paritorio con mi marido, con unas contracciones horribles y no me puedo mover de la cama.
A las 15:00 regresa la matrona, le pregunto si ya me pueden poner la epidural porque el dolor el insoportable, tengo unas contracciones muy fuertes, largas y seguidas y no me da tiempo de recuperarme entre contracción y contracción. Me hace un tacto y estoy de 4 cm así que llama al anestesista. Cuando llega el anestesista hacen salir a mi marido a la sala de espera para pincharme. Me ponen un poco de anestesia local sin problemas pero después no hay forma de pinchar la epi, la aguja está fría y en cuando me pinchan por un reflejo por el frío y la presión encorvo la espalda, lo intentan varias veces, me dicen que me esté quieta, que es un procedimiento muy peligroso, me meten miedo, pero yo no puedo evitarlo, no es algo voluntario y no lo puedo controlar. Finalmente consiguen pinchar la aguja y poner la anestesia. El anestesista se marcha y yo todavía tengo el 100% del dolor, me dicen que me tumbe de lado para que baje mejor la anestesia, luego hacia el otro lado y nada, no hay manera, la anestesia no hace absolutamente nada y yo puedo mover las piernas con total normalidad. No se en qué punto deciden romperme la bolsa, para ver si así se acelera el parto. Cada 30 min. más o menos me hacen un tacto para ver cómo va la cosa, pero sigo de 4 cm, me dicen que el bebé no se encaja y que por eso no dilato. A todo esto yo con la oxitocina, unas contracciones bestiales y sin epidural. No grito, pero cada poco me caen las lágrimas. Pienso que nunca jamás volveré a pasar por algo así, es insoportable.
Alrededor de las 18:00 me dicen que van a ponerme un monitor interno para controlar mejor al bebé (si no lo sabéis, esto es un cable por el interior de la vagina enganchado a la cabeza del bebé) y a tomar una muestra para ver el pH. Este procedimiento fue largo y muy muy doloroso y me dicen que sigo de 4 cm, que el parto no avanza y que voy a estar muchas horas más. Cuando terminan con esto, las contracciones son todavía peores y pido que me vuelvan a pinchar la epidural, puesto que no aguanto más, llaman al anestesista, viene a los pocos minutos y decide subirme la dosis de la anestesia sin volver a pinchar (hasta ese momento la anestesia que ya llevaba puesta 2-3 horas todavía no había hecho nada de efecto, yo sentía todo el dolor y podía mover perfectamente las piernas). Mientras me suben la anestesia me viene una contracción muy muy muy fuerte, y esta vez ya no puedo evitarlo y chillo, un sonido super extraño que no me habría imaginado nunca que podría hacer. Al poco me viene otra contracción igual y vuelvo a gritar, cuando termina le pido a la matrona que me examine porque siento que esas dos contracciones no eran como las anteriores, notaba mucha presión y sentía que algo era distinto. Me examina, me mira con espanto y me dice algo de que el bebé ya está en segunda (no sé exactamente qué significa) y que la cabeza ya ha pasado la pelvis y está a punto de salir. Diez minutos antes me habían dicho que estaba de 4cm y que me faltaban muchísimas horas por delante. De repente no sé que “botón” presionó la matrona que en 30 segundos aparecieron 20 personas en el paritorio: la matrona, las 2 residentes de la matrona, el anestesista con su residente, el ginecólogo con dos residentes más, el pediatra también con sus residentes, y alguna enfermera, vamos que sólo faltaban allí las de la limpieza. Corriendo me montan el potro puesto que no tenía de donde cogerme para hacer los pujos, por lo que en las dos primeras contracciones no puedo pujar bien. En cuanto me montaron el potro en otras dos contracciones nació mi hijo, eso sí, previa episiotomía que pese a las prisas si que les dio tiempo de hacérmela. Y para más INRI, cuando mi hijo salió fue cuando comenzó ha hacerme efecto la epidural.
El bebé salió literalmente llorando y meando y pese a ser notorio que estaba bien y respiraba perfectamente, en lugar de ponérmelo piel con piel como yo había pedido, se lo llevaron a la cunita a revisarlo, ponerle las vitaminas, pesarlo, lavarlo, pañal y vestirlo. Tampoco dejaron al padre cortar el cordón cómo también había puesto en el plan de parto. Después de eso me cosieron y mientras tanto intenté que se me cogiera al pecho. Recuerdo que hubieron varias personas del personal medico que me insistieron en que no lo pusiera al pecho tan pronto, que era peligroso porque el bebé se podía ahogar taponándose la nariz con mi pecho (Esta fue la primera y por ahora única vez que he escuchado una barbaridad así). Cuando terminaron de coserme (Al cabo de unos 30 min.) ya me pasaron los celadores a una camilla normal y me subieron directa a la habitación.
Como conclusiones saco que pese a que fue un parto vaginal sin instrumentación ni cesárea y relativamente corto (10 horas en total) para ser primeriza, pienso que hubiera ido muchísimo mejor si me hubieran dado la oportunidad de parir sin la ayuda de la dichosa oxitocina. Todo marchaba perfecto hasta que me la pusieron, en ese momento dejé de dilatar, el dolor era horrible, tuve que pedir la epidural, no me podía mover por los dichosos monitores, etc. Tampoco respetaron absolutamente nada del plan de parto, ya que yo había pedido no oxitocina, no episiotomía, piel con piel, que cortara el padre el cordón y que me dejaran moverme y pese a ser un parto sin ninguna complicación no me permitieron nada de todo esto. En las clases de preparación al parto nos dijeron que en los paritorios habían pelotas, que te dejaban moverte, que te podías meter en la ducha, que la oxitocina sólo la ponían si era realmente necesario, que fomentaban el piel con piel y la lactancia materna.... Por lo que veo, o nos engañan o es que no están bien informados de lo que de verdad hacen en el hospital.
De cara a mi próximo parto, tengo claro que voy a intentar aguantar todo lo que pueda en casa antes de acudir al hospital, puesto que en cuanto llegue ya sé todo lo que me espera aunque las cosas vayan bien y si llego ya bastante dilatada supongo que podré evitar la oxitocina. Y otra cosa tengo también clara, SIN EPIDURAL, a mi no me valieron la pena todos los riesgos que corres con el pinchazo, lo mal que lo pasé y los posibles efectos secundarios que puedes tener (como el dolor de cabeza, que conozco a una par de personas que lo han sufrido y dicen que es horrible y que no te puedes mover de la cama en una semana) para acabar pariendo sin llevarme siquiera los beneficios de la anestesia.
Espero que os haya servido mi experiencia, cuando vuelva a dar a luz ya os contaré, y espero que sea algo mejor que esta.