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RETAZOS DE AMOR Y AGUA

Unos días antes de... diario de una re madre.

Entre el 31 de agosto y el 20 de septiembre 2016

Ya queda muy poquito para conocernos!! Qué ilusión!! Me (nos) preparo para tu (mi/nuestro) parto. Hacemos ejercicios... respiramos...ponemos mente y corazón en ello. Sé que lo vamos a hacer muy bien y nacerás libre y sonrosado... dormiremos después plácidamente abrazados. Ya estamos por el buen camino. Cambiaste al lado izquierdo... tu cabecita encajada. Ya estamos a punto de sentirnos también por fuera... de vernos, de olernos. Tú me conoces mucho mejor que yo a ti... te anhelo... Ibón. Sigue creciendo fuerte y tranquilamente... descansa, crece, hazte roble, fluye en el agua Ibón... te esperamos y te queremos a vivir.

Notas antes de... 1:49 de la madrugada 29 de septiembre 2016

Ibón ya vienes, ya estás...casi... Ya ha empezado nuestro encuentro... Ganas, ilusión, oxígeno, canción y silencio, todo el amor en estas horas de entrega mutua. Te quiero. Te espero. Lo vamos a hacer muy bien, tranquilo pequeñito en poco nos veremos, oleremos, besaremos... a 4! Maya duerme, papá prepara, mamá se concentra en ti!

18 de abril, 2017

Recuerdos en mi retina, en mi mente y en el corazón.

Han pasado más de 6 meses desde esa noche en la que llegaste. No logro tener un momento de sosiego para escribir tu parto... pero lo tengo en mente y la mano me va haciendo cosquillas de día en día. Tu noche fue electrizante... torbellino de sensaciones, como una bocanada de aire fresco que llega repentina y sabes que se queda rozando tu sien y no te suelta. Tenía ganas de ti, muchas ganas de volver a sentir y ganas de volver a poner conciencia y corazón en tu nacimiento. Andaba más cansada, preocupada por otros quehaceres y sin saber qué y cómo darle un hueco a Maya en tu parto, nuestro parto. No había nada que demostrar a lxs demás, parir en casa, parirte en casa era lo mejor que podíamos ofrecerte el día más importante de tu vida. Estaba claro, y sentía contigo dentro el sosiego de que fuera dónde fuera, incluso en el hospital, todo iba a ir bien. Porque la experiencia me daba esa seguridad. Las mujeres que elegimos para acompañar el parto de Maya iban a ser las mismas que acompañaran el parto de Ibón... tranquilidad, seguridad y confianza. Lejos quedaba la incertidumbre de elegir a personas adecuadas que vivimos con Maya.

14 de junio de 2017

Escribo a retazos y temo se me escape el recuerdo y quede en nebulosa. Quiero adentrarme en ese día y escribir con cuidado todo lo que vivimos, pero no consigo encontrar rincones en el tiempo que se escurre día a día. Recuerdos en imágenes, secreto de la retina y el corazón. De la mano con Maya camino a comprar pijamas nuevos para tu hermana. Andar y andar, cansancio, calor, cansancio. Dejamos las compras en casa y fuimos a la biblioteca, cogimos unos cuentos y nos acercamos al Centro de Historia. Charla con Leila Nachawati, “Siria más allá de la Geoestrategia”. No nos querían dejar entrar porque estaba lleno. Vimos unos sitios y se lo dijimos al encargado... Chabi estaba allí. Finalmente entramos los 3, no sentamos y escuchamos (Maya veía los cuentos) y la emoción y la intensidad se sentían en el aire. Volaban disolutas. Cenábamos Chabi y yo... tranquilidad y silencio. Maya dormía. Por fin. Comienza tu revolución en mi interior. De Siria a mi, de mi a ti... comenzó en las contracciones en mi vientre. Poco a poco. Chabi hablaba y hablaba, satisfecho, emocionado, enérgico, contento. Leila nos había inundado con su pasión por el cambio, por la rabia de su historia, por la vida chirriante en Siria. Yo comentaba y sentía, te iba sintiendo... a cada rato. Fin de la cena, “por cierto, tengo contracciones y parece que no se me pasan”. Era 28 de septiembre, víspera de san Miguel con su veranillo colorido, últimas ráfagas veraniegas y tú querías salir ya. Nos pillaste sin colchón en la cuna y sin ultimar preparativos... nos pillaste con ganas de ti, muchas ganas.

Secuencia de parto

Me metí en la bañera con unas gotitas de lavanda... baño templado. Eva nos contaba cuando comienzan las contracciones.. baño con lavanda y a la cama... si sigue todo en marcha ya estamos en el parto, si no a dormir y ya comenzará.

El baño me reconforta... hablo con Ibón, las contracciones son más suaves en el agua, pero no se interrumpe nada, continúa, progresa...

Chabi fuera, va de aquí para allá preparando todo... le da por pintar bombillas de rojo, calidez en el ambiente, como tenía pensado. Va y viene disponiendo la casa para la llegada del pequeño. Las matronas hace días que han dejado sus materiales en casa, han estado cada poco durante semanas viendo y observando, vigilando que todo iba bien, que nada salía de lo que se denomina un embarazo sin riesgo. Maya sigue durmiendo. Todo va en escalada progresiva. Salgo del agua.

Me tumbo... no aguanto ni un minuto. Son la 1:15. Las contracciones son intensas y constantes pero aún muy llevaderas. Comienzo mis paseos. Todo resulta familiar. Hago ochos con la cintura a cada contracción, lentamente. Respiro. Escucho música, mi música, reggae.

Aviso a Eva, mi doula, por wsp. Me pregunta si quiero que venga ya... le digo que esperemos un poquito. Dejo el móvil, me siento en la bola... adelante, atrás, adelante... rompo aguas de inmediato. Son la 1:22. Las aguas son claras, pero el parqué no deja ver el color exacto... parece que tienen cierto tono verdoso, sacamos foto. Le cuento a Eva y sonríe, viene para casa. Aviso también a las matronas. A Chabi le pido que deje ya lo de las luces... que están ya muy bien... lo necesito cerca.

Llega Mª Ángeles, una de mis matronas, ajetreo, hablo con ella.. estoy aún muy entera, con muchas cosas en la cabeza y de buen humor. Tengo ganicas de conocer a Ibón. Llegan Raquel, mi otra matrona, y también Eva, mi comadre, mi doula. Eva llega con su calor y sus aromas... esta vez... hummm... Fragonia, no lo había olido jamás, me transporta, aroma delicioso. Me prepara espacios, me da masaje en coxis que me viene genial. Me apoyo en el aparador de madera que hizo mi padre... resisto allí las contracciones, me inclino, muevo las piernas, dejo que Chabi y Eva me masajeen el coxis. Momento de humor. Me apoyo frente a la TV... y respiro, aire, dolor, aire.. Eva y Chabi detrás... al lado.. veo el reflejo de la escena en la pantalla, les digo que parece una peli porno, je... deben ser las hormonas, me entra la risa. Prefiero estar en otro apoyo, el reflejo me descentra. Eva me prepara un hueco con toallas en el mueble blanco de Ikea... mucho mejor. Noto como avanza rápido. Las contracciones son más fuertes.

Mª Ángeles y Raquel se mantienen apartadas... vienen de vez en cuando para escuchar a Ibón con el doppler, se acercan bastante a menudo. Me da la sensación de que lo escuchan más que con Maya. Me extraña, pero no le doy más importancia. Sigo echando de vez en cuando líquido amniótico, resulta un poco amarillento. Se mezcla con el tapón mucoso que se va desprendiendo también poco a poco. Cambiamos al baño. Raquel y Mª Ángeles se van a la cocina. Siguen escuchando con el doppler cada poco. Una de las veces les cuesta escuchar a Ibón y aunque estoy tranquila y confiada me pongo alerta. Todo parece seguir bien, me centro... tengo la sensación de inminencia, de precipicio... de que todo está a punto, de que Ibón no tardará. Salimos del baño.

Me pide Raquel mirar a ver como va la dilatación... aprovecho el final de una contracción para recostarme en el sofá. He dilatado 6 cm... SÓLO?! Tengo la sensación de estar ya apunto de pasar a la fase de expulsivo, me extraño, no me cuadra con lo que siento... me desanimo. Pienso... hay que aguantar el tirón... y decido seguir con mi dinámica. Son las 2:50 más o menos.

Me pongo en el suelo, apoyo mi parte superior en la bola, me balanceo. Tengo ganas de empujar con cada contracción.. son ya muy potentes, dolorosas.. me tambalea el interior. Ibón lucha, se mueve, avanza. Huelo la fragonia. Fresco en la cabeza, calor, calor. A la izquierda Eva, a la derecha Chabi, me sigo bamboleando a 4 patas... sé que es mi postura... la busco.

Me apoyo en el hombro de Chabi, cojo su mano, me centro, rujo. Las matronas detrás.. me sale de todo... lo estoy dando todo. Empujo, soplo con todo el cuerpo... me dejo llevar. Quito la bola... sólo yo y él. Me embriago del volcán erupcionando... empujo, soplo, me sueltooo. Siento todo a tope, sé que va a ser la última vez que viva todo eso... lo guardo, lo grabo, lo siento a mil... no quiero que nada se escape... sensación única.

Ya está aquí!! dice Mª Ángeles... toco la cabeza, quiero tocarla... con Maya lo hice, con Ibón también... duro, húmedo... doloroso. Me abro... sale su cabeza. Espero a la siguiente contracción, me emociono por dentro... sale... lo cojo... pequeñito, mojado estira su brazo izquierdo hacia mi, me toca el corazón... su mano me busca, ternura, miro a Chabi... qué maravilla... Ibón llora, llora con fuerza, llora con el goce contenido del encuentro, con el rugido del esfuerzo, grita su llegada, quiere despertar a Maya... Maya, traed a Maya... va Mª Ángeles a despertarla, luego Chabi, le cuesta venir... está dormidica, como en un sueño de piel y nubes, ojos abriéndose.

Ibón en mis brazos, yo aún de rodillas, ahí donde he parido... en medio del salón de mi casa, entre buena gente y luces tenues, tintineantes... que abrazan el tiempo. ¡Maya mira Ibón, acaba de nacer tu hermanito! Lágrimas. Agua... Ibón ojos de agua, corazón valiente!

Nació a las 3:17. Tras 4 horas intensas y un trabajo arduo e increíble. En tan sólo 20 minutos dilaté los 4 cm. que me faltaban y si las matronas tuvieron alguna duda sobre el avance de Ibón en el parto ese día, esa noche... vigilantes de que todo fuera bien, como hadas madrinas entregadas... él la disipó, la borró de un plumazo. Él y yo, que tenía la certeza más absoluta de que iba a nacer ya... y su padre que notaba también lo inminente y Eva cerquita, soplando confianza.

Después de la explosión de vida...

Raquel me dijo que si quería podía ponerme un puntito, pero que no era estrictamente necesario si cuidaba que mis primeros días mantuviera las piernas no muy abiertas... ok... nada de puntos, no quería. Recordaba lo desagradable que me resultó el coserme un punto la otra vez... si era posible, no quería repetir.

El cordón ya no latía, Maya no quiso ayudar a cortarlo, le impresionaba... Chabi lo cortó. Comenzaba la andadura de Ibón por la vida, arropado con el arrullo que le había hecho su abuela Cruz.

Ya en el sofá sobre las 3. 40 salió la placenta con una contracción, qué alivio. Maya ya más despierta miraba subyugada. Sonreía a su hermano... quería cuidarme. Ayudaba a Mª Ángeles. Ibón en su primera aventura exterior subía a mi pecho, mamaba con fuerza, se agarraba a la vida. Bebí zumo de naranja con placenta. Chabi también tomó un poco. Maya no quiso.

Fuimos a la cama. Los 4.

Me volvía a sentir poderosa, sabia, pletórica.

Chabi había puesto las sábanas de flores azules bordadas por mi abuela Pascualeta, con mimo y esmero, con la modernidad del primer cuarto de siglo XX en sus manos y en su mente... sus letras M.V. de cuidado modernismo, hacía un siglo bordadas... en nuestra cama, la cama que me hizo mi padre hace años... esa misma cama para estrenar la vida. Emoción. La tela de azules y espejitos, la luz tenue, el calor de mi familia. Las tres hadas madrinas se fueron desvaneciendo. Mª Ángeles nos hizo la foto... lindo recuerdo, fugaz grabado.

Raquel volvería al día siguiente a ver como iba todo. Nos quedamos solos. Nos quedamos juntos los 4.

Ibón en mi pecho. Ibón en mi alma... en mi... ya fuera, pero muy dentro.

En pre-luna nueva, iluminándonos... y ese olor dulzón y único que queda en casa, entre el silencio, la aurora y el amor en familia que todo lo inundaba. Luego llamaré a mis padres y hermanxs... cierro los ojos y siento, AMOR por todos lados.