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TESTIMONIO ABORTO DIFERIDO
Me gustaría contar la experiencia que he vivido hace un par de días...
Tengo 34 años, y dos preciosas hijas de 5 y 3. Hace unas semanas, tras un retraso en mi ciclo y, ante la proximidad de una cita para realizarme una resonancia magnética, decido hacerme un test. Positivo. Fue un shock para mí y mi pareja, pues nos encontramos en una situación económica y laboral complicada actualmente.
Tras el primer impacto, empezamos a ilusionarnos y planificar cómo será nuestra "familia numerosa". Visito a la matrona, que me deriva al resto de citas de control (analítica, ginecología...)
Cumplo 10 semanas hoy jueves, parece que esto marcha, ya se va notando la tripita, el próximo martes por fin me verá el ginecólogo y sabremos que todo marcha. Qué bien, qué ganas de escuchar ese corazoncito a tope! Ha sido un día duro de trabajo, de vuelta a casa, al limpiarme, unas gotas de sangre. Cariño, vamos a urgencias y nos quedamos tranquilos.
Llegamos al hospital, en seguida me suben a la consulta de Gine, estoy nerviosa. El celador me explica que debo entrar sola. Recuerdo la última vez que entré aquí, también sola, para dar a luz a mi pequeño tesoro, pero hoy la sensación es distinta. Recorro el pasillo con miedo, con pánico.
Llego a la consulta y una ginecóloga MIR se presenta y me pide que le explique. Me pide que me desnude y me hace un tacto. Me explica que tengo la zona vaginal muy irrigada, pero que ya no sangra, que a veces pasa, pero no hay problema. Prepara el ecógrafo para ver al bebé, me dice "primero lo veo yo y ahora te lo enseño". Me habla con dulzura. Pero, de pronto, su gesto sonriente cambia. Me comenta que va a llamar a una compañera. "Creo que no hay latido" le dice.
Me asomo y veo a mi bebé perfectamente formado, pero no, no se mueve, no hay ningún síntoma de actividad y no, su corazón no late. Me visto y me siento. Me explican qué opciones hay: tratamiento para acelerar la expulsión o legrado. Me cuentan los pros y contras de cada una Salgo a contárselo a mi pareja. Lloramos. Decidimos legrado. No me siento capaz de ver a mi bebé con sus pues y manos, pequeño, pero ya muy formado, muerto. Entro, firmo el consentimiento y me dan un hoja para el ingreso al día siguiente, en el informe pone : ABORTO DIFERIDO. Me voy, nos vamos, destrozados. Esa noche, Morfeo no llega. Es eterna. El viernes a las 9:20 estoy de vuelta al hospital. Poco antes de las 11, entro a la misma consulta de la noche. La ginecóloga de guardia me explica que me pondrá un tratamiento para dilatar ligeramente y que el proceso quirúrgico sea más sencillo y menos dolorosa la recuperación. Introduce unas pastillas en mi vagina. Una celadora me sube a planta. No hay camas en gine, así que me llevan a otra planta. Oncología. El personal de planta en seguida me atiende, me dan todo, me colocan una vía, me preguntan cómo estoy, me tranquilizan... Sube la ginecóloga y me dice que en cuanto note que empiezo a manchar, llame a las enfermeras y me llevarán a quirófano. Me explica que a veces se dilata rápido y no se llega al legrado. Aún no siento nada. Pasadas unas horas sin más, pido a mi pareja y a mi madre, que me acompañan que vayan a comer algo, q yo estoy bien por ahora. Me quedo sola y en poco tiempo, empiezo a manchar, aviso a las enfermeras y llaman para bajarme. Llegan mis acompañantes. En seguida, necesito "expulsar". Una enfermera me sugiere que lo haga en la cuña. Y, en unos.segundos, dejando un vacío inmenso, allí está mi pequeño bebé, al que las niñas y yo llamamos BIP, un cuerpecito casi formado, con sus manos, sus pies, sus ojitos... Llamo a mi pareja. Volvemos a llorar. La ginecóloga llega enseguida y corrobora lo evidente. Lo meten en un frasco con formol. Me empeñaba en no vivir eso y tenía q ser así. Tenía que darme de bruces con la realidad. Ha sido el momento más impactante y doloroso de mi vida. Jamás imaginé lo que sentía una madre ante una pérdida hasta hoy. Han pasado solo dos días, físicamente me voy recuperando, me siento mejor, pero estoy vacía. Con la espinita en el corazón que ha dejado BIP. El trato del personal hospitalario ha sido perfecto, salvo alguna frase como "No pasa nada, aún eres joven". Sí, sí que pasa... He perdido a mi hijo, quizá porque la naturaleza es sabia y tenía que ser así, pero era mi hijo y ya no está. Muchas gracias por poner esta pantalla para contar nuestras historias.
Me asomo y veo a mi bebé perfectamente formado, pero no, no se mueve, no hay ningún síntoma de actividad y no, su corazón no late. Me visto y me siento. Me explican qué opciones hay: tratamiento para acelerar la expulsión o legrado. Me cuentan los pros y contras de cada una Salgo a contárselo a mi pareja. Lloramos. Decidimos legrado. No me siento capaz de ver a mi bebé con sus pues y manos, pequeño, pero ya muy formado, muerto. Entro, firmo el consentimiento y me dan un hoja para el ingreso al día siguiente, en el informe pone : ABORTO DIFERIDO. Me voy, nos vamos, destrozados. Esa noche, Morfeo no llega. Es eterna. El viernes a las 9:20 estoy de vuelta al hospital. Poco antes de las 11, entro a la misma consulta de la noche. La ginecóloga de guardia me explica que me pondrá un tratamiento para dilatar ligeramente y que el proceso quirúrgico sea más sencillo y menos dolorosa la recuperación. Introduce unas pastillas en mi vagina. Una celadora me sube a planta. No hay camas en gine, así que me llevan a otra planta. Oncología. El personal de planta en seguida me atiende, me dan todo, me colocan una vía, me preguntan cómo estoy, me tranquilizan... Sube la ginecóloga y me dice que en cuanto note que empiezo a manchar, llame a las enfermeras y me llevarán a quirófano. Me explica que a veces se dilata rápido y no se llega al legrado. Aún no siento nada. Pasadas unas horas sin más, pido a mi pareja y a mi madre, que me acompañan que vayan a comer algo, q yo estoy bien por ahora. Me quedo sola y en poco tiempo, empiezo a manchar, aviso a las enfermeras y llaman para bajarme. Llegan mis acompañantes. En seguida, necesito "expulsar". Una enfermera me sugiere que lo haga en la cuña. Y, en unos.segundos, dejando un vacío inmenso, allí está mi pequeño bebé, al que las niñas y yo llamamos BIP, un cuerpecito casi formado, con sus manos, sus pies, sus ojitos... Llamo a mi pareja. Volvemos a llorar. La ginecóloga llega enseguida y corrobora lo evidente. Lo meten en un frasco con formol. Me empeñaba en no vivir eso y tenía q ser así. Tenía que darme de bruces con la realidad. Ha sido el momento más impactante y doloroso de mi vida. Jamás imaginé lo que sentía una madre ante una pérdida hasta hoy. Han pasado solo dos días, físicamente me voy recuperando, me siento mejor, pero estoy vacía. Con la espinita en el corazón que ha dejado BIP. El trato del personal hospitalario ha sido perfecto, salvo alguna frase como "No pasa nada, aún eres joven". Sí, sí que pasa... He perdido a mi hijo, quizá porque la naturaleza es sabia y tenía que ser así, pero era mi hijo y ya no está. Muchas gracias por poner esta pantalla para contar nuestras historias.