Testimonio H. U. Puerta de Hierro
Tenía 35 años, estaba embarazada de mi primer bebé y mi embarazo transcurría sin inconveniente y quería un parto informado, y lo menos invasivo posible.
Yo nací en La Paz, mi hospital de referencia, pero varias mujeres de confianza me contaron sus experiencias en los últimos meses y decidí mirar otras opciones. Hospital Universitario Puerta de Hierro, a 32 km de mi domicilio.
Tras buscar vivencias de otras personas, las visitas a los hospitales -a La Paz físicamente y al Puerta de Hierro por videollamada- y comentarlo con allegados, decidí dar a luz en el Hospital Puerta de Hierro a 32 km de distancia, casi todas las experiencias eran gratas. Solicité el cambio de hospital en mi centro de especialidades acogiéndome al derecho de libre elección. Elegí dicho hospital incluso teniendo seguro privado.
El día que tenía monitores, 40+5, empecé a tener molestias y de camino al hospital, con contracciones cada 4 minutos le dije a mi marido que en lugar de ir a consulta de monitores iríamos a urgencias. Entré y en menos de 10 minutos ya estaba en la sala de espera de urgencias osbtétricas, tardaron como 20 minutos en llamarme y una matrona me indicó que iban a ponerme monitores, le comenté que tenía cita ese mismo día para monitores por si podía avisar a sus compañeros y me dijo que no hacía falta. Me pasaron a la sala de monitores, yo vi unas 4 camas separadas por cortinas, la sala está en el centro de la planta en la que están las salas de dilatación/paritorios, en este hospital tienes la misma habitación, individual tanto para dilatar como para dar a luz. Mientras estaba con contracciones oía a varias mujeres que gritaban desde sus habitación de dilatación/paritorio. Me puse música para evitar asustarme.
Tras más de 60 minutos la matrona que me atendió en triaje me dijo vente conmigo para ver cómo estás, entendí que sería si estaba dilatada, volví a la sala de espera de urgencias obstétricas y la media hora me llamaron. Me atendió una mujer joven me dijo que iba a obscultarme para ver si estaba dilatada. Me tumbé en la camilla y me oscultó, se retiró y mientras hablaba con ella vino otra mujer, más mayor y sin mediar palabra conmigo introdujo su mano en mi vagina mientras le decía a otra mujer joven diferente de la primera "mira está en parto franco", esta segunda mujer también introdujo la mano en mi vagina, ambas sin preguntarme, incluso sin saludarme. Pregunté qué era un parto franco y me dijo la mujer más mayor que era una dilatación de más de 4 cm, pregunté de cuánto estaba dilatada y me dijo de 4,5cm.
A las 13.15h estaba en mi sala de dilatación/paritorio. Me atendió E., quien leyó mi plan de parto, me explicó varias cosas del mismo y me indicó que según avanzase el parto me iría informando y quizá habría que ir haciendo cosas de las que había indicado que prefería no hacer, lo entendí perfectamente. Le dije que yo no tenía ni idea de obstetricia, que había ido allí por las buenas referencias que tenía de ellos y confiaba a ciegas en ella, sólo quería que me comentasen las opciones, si el tiempo lo permitía, y poder decidir según fuese transcurriendo el parto. Pedí monitorización fetal externa y que me permitiese moverme, ese día sólo tenían un monitor de ese tipo, María la matrona en prácticas (no sé si se dice así) tardó en poder ponérmelo.
Pedí la mínima analgesia posible porque quería moverme para que la bebé se colase bien y poder yo misma ayudar con una postura u otra a que naciese mi hija, me trajeron óxido nitroso ó gas de la risa, pero cuando llegó las contracción empezaron a ser más fuertes y la matrona me recomendó ponerme la epidural, me dijo que el anestesista se iba a ir a comer y ella me recomendaba ponérmela ya. Vino el anestesista, encantador y me puso el catéter con la walking epidural, me la recomendó la matrona por la fase de dilatación en la que estaba. En todo momento me acompañó la matrona, guiándome mientras tenía contracciones y dándome las manos mientras me pinchaban la epidural.
Sobre las 16.30h empecé a tener más molestia hablé con la matrona y me recomendó poner la epidural normal, vino la anestesista, y como no lo tenía muy claro si ponérmela o no me dijo "voy a ponérsela a otra mujer y ahora vengo, si fueses familiar mío te recomendaría ponértela". En ese rato tuve el dolor más agudo de todo el parto, ahí fui yo la mujer que gritaba y me debían oir las pobres que estuviesen en la sala de monitores del centro de la planta, donde había estado yo unas horas antes. Me pusieron la epidural total, a los 10 minutos no tenía ningún dolor. Me cambiaron el monitor a uno estático, y mientras me tocaba la tripa María, la matrona en prácticas, para ver dónde estaba la niña note como si se rompiese un globo, y le dije "creo que he roto aguas", y así fue.
A las 17h me obscultó E., la matrona, y me dijo que estaba en dilatación completa, dejarían 2 horas para que mi niña bajase sola por el canal de parto y sobre las 19h empezaríamos con los pujos. Miró el líquido amniótico y vio que tenía un poquito de meconio y me dijo que en esos casos tendría que estar el pediatra de guardia para evitar riesgos una vez saliese mi hija.
Sobre las 19,15h vinieron E., matrona, M., matrona en prácticas, la auxiliar de enfermería y la matrona de guardia, me pusieron un espejo y empecé a pujar. Le comenté que había ido a fisio ginecológica y me había enseñado a pujar expulsando el aire en lugar de en amnea y empecé a pujar "soplando". Tras muchos intentos la niña bajaba con mi esfuerzo pero volvía a subir por lo que me cambiaron a diferentes posturas y alternando pujos en apnea y con expulsión de aire: cogiéndome las piernas, con un arco, con una sábana haciendo de liana en la parte trasera de la cama, con la misma "liana" anudada en el arco... y nada, la niña no salía del todo. En todo momento mi marido estuvo sujetando mis piernas, poniendo el arco, haciendo el nudo a la sábana... Hubo varios momento divertidos, por ejemplo que dije que parecía Tarzán, E. dijo que nunca había movido tanto a una mujer de parto, la auxiliar, creo que de broma dijo: "vamos que yo me tengo que ir a las 9". Escuché que E. dijo "vamos a intentarlo otra vez y si no en un cuarto de hora llamamos", le pregunté a qué se refería con "llamamos" y me dijo que a ginecología. Empecé a vomitar. Seguí con los pujos. De repente la habitación se llenó de personal sanitario, la puerta estaba abierta, yo seguía pujando. Paré y dije en alto, "yo así no me siento cómoda" y alguien me dijo "si ahora nos vamos casi todos". Una mujer mayor, matrona, rondando los sesenta años, con el pelo corto y me pareció que rubio medio empezó a "echar" a sus compañeras matronas, estaban cambiando el turno, debía ser antes de las 21h. Vino un ginecólogo, con dos MIR, me puso papel plastificado en las piernas, como el que ponen para operar, quitaron el espejo, no veía nada, quitaron el sonido del monitor. Vino una pediatra. Pregunté si iba todo bien, me dijeron que si. Les pedí por favor que nos informasen antes de tomar ninguna decisión si la urgencia lo permitía, y que no me hiciesen la maniobra de Kristeller. Me subieron al menos tres veces la oxitocina para aumentar las contracciones. El ginecólogo me dijo que tendría que ser instrumentalizado porque a la niña le bajan las constantes, me dijo "¿qué prefieres: espátulas, fórceps o ventosa?" y le respondí que según iba todo lo mejor para mi y mi hija. La matrona me cogió fuerte del brazo y me dijo "a ver, tu lo que quieres es salir con tu hija en brazos, ¿no? El ginecólogo dijo "espátulas", sacó lo que parecían dos cucharones de 30cm metálicos de unas bolsas de material esterilizado y a las 9.04h nació mi hija. Me pusieron a mi bebé sobre el pecho. Me preguntaron cómo quería alumbrar la placenta y les pregunté por la mejor opción y me dijeron que dirigido. El ginecólogo nos dijo "tenéis una hija con estrella", le preguntamos por qué y nos dijo que había nacido con un "nudo vedadero", un nudo en el cordón umbilical, que si se aprieta deja de llegarle nutrientes al feto, sólo ocurre en el 0,3-0,7% de los embarazos, y es poco habitual pero peligroso, posiblemente por ese motivo mi hija no salía al pujar. Al momento tenía a las dos MIR cosiéndome, me asomé entre mis piernas y les pregunté si estaba bien todo y la matrona me dijo "tu ahí no tienes nada que ver, mira a tu hija". Les dije que tenía mucha sed y me dijo la matrona que no podía beber nada porque era peligroso las dos horas posteriores al parto. Nos dejaron piel con piel y sobre las 11h la matrona y la auxiliar vinieron a limpiarme, sacarme la orina y hacer los trámites de recién nacida de mi bebé. Para ello la puso la matrona piel con piel con mi marido, cogiéndola de mi pecho sin preguntarme, le dijo "quítate la camiseta, y siéntate ahí...". En ese momento le pregunté cómo se llamaba y me dijo R., pero en el parte de nacimiento de mi hija pone N., por tanto no sé cómo se llama esta segunda matrona que me tocó. Esta matrona nos dijo: "bueno, ahora que tenéis a vuestra hija, ¿se puede saber por qué no querías que te hiciésemos Kristeller?" y le dije que no estaba recomendada (por la OMS) y quería evitar que hicieran daño a mi bebé. y me dijo "pues yo he trabajado más de 20 años en un hospital público de renombre de Madrid y todos los días hacíamos Kristeller", añadió a veces hay que hacerlo porque "no se puede cambiar de postura porque si no el médico no puede trabajar".
Le comenté a N/R que no se enganchaba la bebé al pecho y me dijo "pellízcate el pezón, ay no, que tienes el pezón plano, no vas a poder darle el pecho", y le dije que el otro pezón lo tenía completamente externo y me dijo "pues eso, tu pellízcate, pero la niña es muy pequeña, ya aprenderá a mamar". Cuando llegamos a la habitación había carteles de apoyo a lactancia materna y decía que en ningún caso había que pellizcar o manipular el pezón. Eran más de las 12 de la medianoche y no me habían dado agua aún, lo volví a comentar y me trajeron una bandeja con comida fría y en ella había una tacita de agua.
La habitación en planta bien, grande, individual, el sofá cama estaba roto y mi marido se hizo una herida en la mano, la comida de hospital, en menos de dos días sólo trajeron una pieza de fruta que por cierto estaba verde y no se podía ni cortar.
En planta una matrona nos ayudó mucho con el enganche al pecho.
Durante el parto sufrí desgarro tipo II, y tres meses después me dijo el ginecólogo de la privada que tenía dos cicatrices internas y la externa, y que él es profesor en la universidad y en algunos libros ya no aparecen las espátulas de Thierry que utilizaron conmigo.
Mi hija nació un viernes a las 9.04h y el domingo a las 19h estaba en el coche camino a casa, me sorprendió que la ginecóloga que me dio el alta vino a verme con la hoja de alta escrita. Pediatría y enfermería le dieron el alta a mi bebé con ictericia, le hicieron la prueba y aprobó por los pelos. Les comenté que al ser domingo tendríamos que volver al hospital al día siguiente para registrar a la niña y les comenté que por el tema de la bilirrubina quizá sería conveniente pasar una noche más, nadie me respondió.
Me he sentido culpable durante varios días por haber elegido el Hospital Puerta de Hierro, pero mi marido me ayudó a ver que decidí ir allí porque creía que era el mejor, y la matrona de mi centro de salud me dijo que personal sanitario bueno y malo hay en todos los hospitales, es cuestión de suerte. También me he sentido culpable por no haber respondido a esa persona, matrona y mujer llamada R o N, pero tanto mi marido como yo nos encontrábamos en el momento más vulnerable de nuestra vida, y ella se aprovechó de ello. Ojalá mi caso haya sido el único.
Tras varias semanas decidí poner una queja sobre la segunda matrona que atendió mi parto, yendo de nuevo al hospital por dos motivos primero desahogarme, y segundo contar mi experiencia para intentar que no vuelvan a tratar así a ninguna mujer. El hospital ha respondido mi queja indicando que "lamentan mi percepción sobre la atención recibida".
Deseo de corazón que tu maternidad sea buenísima, es la mejor etapa de toda mi vida y espero que lo sea también de la tuya, y te animo a que compartas tanto lo bueno como lo malo porque todas las madres necesitamos información y apoyo, y sólo lo podemos hacer entre nosotras.