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Testimonio parto Hospital de Torrevieja

Empecé a las 7am con contracciones seguidas. Pasé todo el día con pródomos en casa después de que me monitorizaran y decidieran que era mejor que los pasara allí. Efectivamente, creo que lo mejor fue volver a casa y poder dormir la siesta tranquila y moverme en la pelota y subir escaleras, la espera se pasa mejor aunque en ese momento pensara que no era así. Ingresé por la noche. No dilaté 3cm hasta la mañana siguiente, así que pasé la noche con contracciones y pude dormir un poco. Los sanitarios fueron muy amables aunque no pude cumplir uno de mis deseos del plan de parto, que era no tener una vía puesta hasta que fuera necesario. Es politica del hospital poner una cuando se ingresa, así que aunque protesté me dijeron que tenía que ser así y accedí. A la mañana siguiente me ofrecieron la epidural y accedí. Hasta entonces las contracciones habían sido regulares y dolorosas, por lo que me ofrecieron sedación. La rechacé porque pude sobrellevar el dolor gracias a técnicas de respiración aprendidas en yoga prenatal. En el momento de poner la epidural hubo una complicación y por lo que hablaban el anestesista y la matrona la causa fue la mala calidad de los materiales. La epidural consiguió que las siguientes 10 horas de contracciones no fueran dolorosas, volvería a ponérmela sin dudar. Durante la fase de contracciones no dilaté durante 4 horas y me ofrecieron la rotura de la bolsa. Había leído de otra matrona que no estaba demostrado que esta maniobra acelerara el parto, por lo que en un principio me negué en mi plan de parto, pero allí me explicaron que era indoloro, no era traumático para el bebé y la matrona que me atendió aseguraba no ser intervencionista, pero que después de 4 horas ya habíamos esperado suficiente a la rotura espontánea y no se producía. Me explicó todo muy bien y accedí, y gracias a eso el parto se aceleró y acabó a las 9 de la noche. Tuve asistencia de matronas y auxiliares de enfermería. Se preocupaban de cumplir mi plan de parto, de mantener una atmósfera calmada, luz tenue y, aunque yo no podía comer, traían comida a mi acompañante. Se preocuparon por mis necesidades médicas y por las emocionales, estuve muy bien atendida. El trato es muy humanizado. Cuando me puse de parto, ya dilatada, me enseñaron la cabeza del bebé con un espejo mientras estaba en la sala de dilatación. Me dejaron con contracciones y me dijeron que podía empujar en cada contracción en apnea o en fisiológico, pero que fuera un pujo efectivo, y se marcharon. Los paritorios estaban llenos y parece ser que había una emergencia, porque me dejaron mucho tiempo allí sin asistencia. A los 20 minutos me asusté y pedí que viniera alguien, quien fuera, y vino una chica de prácticas de auxiliar de enfermería. Entiendo que estuvieran desbordadas, pero hablando con otras madres me comentan que en su caso los paritorios también estaban llenos y escaseaba el personal. Puede ser que se trate de un problema estructural y no puntual, pero lo desconozco. Por fin me llevaron a paritorio. En un potro empujé bajo las indicaciones de la matrona durante 10-15 minutos y salió mi pequeña. El contacto piel con piel fue inmediato y, mientras tanto, la matrona me cosió un pequeño desgarro. 10 días después me siento casi totalmente recuperada, así que estoy muy contenta con su trabajo. No pude disfrutar el momento por el miedo que me daban los puntos, pero supongo que no había otra manera de hacerlo. Entre el paritorio y la sala de dilatación pasé dos horas con el bebé encima, y dentro de la primera hora me dieron indicaciones para que se agarrara el pecho. Fue doloroso, pero más tarde lo entendí porque tenía frenillo en grado 3, cosa que detectaron al día siguiente y cortaron bajo mi consentimiento rápidamente. Esto mejoró mucho la lactancia. Solo me separé de ella para que la pesaran, midieran y lavaran. Se la llevaron a otra habitación en compañía del padre, pero me hubiera gustado que no lo hicieran porque al alejarla de mi vista me puse a temblar. Entendí más tarde que había una relación entre no verla y temblar cuando se la dieron al padre para curarme. Pensaba que eran los nervios del parto, pero no fue así. El resto de días en el hospital transcurrieron con normalidad. Tuvimos problemas con la bilirrubina y tuvimos asistencia siempre que la necesitamos. Pago un seguro de salud privado y podría haber tenido el parto en un hospital de privado. Con todo, elegí el hospital público de Torrevieja porque me aseguraron que era muy bueno, y lo puedo confirmar con mi experiencia. No fue traumático, y yo iba preparada para todo, tanto bueno como malo. Volvería a repetir la experiencia con ellos y me llevo un grato recuerdo de todas las personas que me asistieron, tanto en el embarazo como en el parto y ahora el posparto. Otro punto fuerte de este hospital es la Unidad de Lactancia, que me ha resuelto las dudas de los primeros días. No quiero decir nombres en esta plataforma por preservar la intimidad, pero tengo a todas las personas que me asistieron en mente y solo puedo decir un enorme GRACIAS.