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Un parto no respetado

Mi intención con esta reclamación, es poner de manifiesto que no se respetaron mis deseos durante el trabajo de parto.

La madrugada del 16 de Julio 2013 ingresé a las 4 de la madrugada con 6 centímetros de dilatación en las urgencias de la Maternidad de O´Donell.

Ya en urgencias pedí que, por favor, me dejasen ponerme de pie y no pude porque me monitorizaron, por lo que tuve que romper aguas y pasar las contracciones tumbada con un dolor insoportable. En seguida me subieron al paritorio en donde, sin preguntarme nada, me tumbaron y monitorizaron, por lo que tampoco pude ponerme de pie para moverme y pasar así las contracciones.

Durante la fase de los pujos, en el expulsivo, una matrona se ofreció a “ayudarme” haciéndome la maniobra Kristeller, con lo que me negué rotundamente ya que sabía que en muchos hospitales europeos esa maniobra está prohibida por su peligrosidad. Además, cuando me realizaban los tocamientos para examinarme, ni me preguntaban ni me avisaban, haciéndome mucho daño.

Para colmo a mi pareja, que llegaba tarde porque estaba trabajando, no le dejaban pasar a pesar de pedírselo insistentemente, aún no sabemos por qué. En la fase final, cuando mi pareja ya por fin pudo entrar, me hicieron la episiotomía sin avisarme ni consultarme. Cuando el bebé nació, sí me lo pusieron piel con piel, pero no al pecho, ya que tenían que coserme, así que desde que di a luz hasta que se enganchó al pecho pasaron más de dos horas, porque para colmo, hubo que esperar a que dejaran una habitación libre.

Otra cuestión es con respecto a la lactancia. Ya en planta no paré de recibir constantemente consejos contradictorios y avisos sobre la “ayudita” que tendría que darle a mi bebé si no se enganchaba al pecho, pues nació justo de peso. Le hicieron dos test de glucemia para asegurarse de que no estaba hipoglucémico y así no tener que darle ningún biberón. Con esta cuestión ni siquiera me preguntaban si yo tenía calostro sino que directamente querían recurrir al biberón. Otro asunto que no me gustó nada es que se llevaron al bebé 2 veces, una para hacerle el test de la glucemia y otra para la prueba del talón.

El hospital está lleno de carteles “a favor” de la lactancia, con idea de promoverla, también te dan una guía de lactancia con muchos consejos y sé que están detrás de la certificación IHAN. Las matronas no pararon de llamarme “cariño” y “corazón”, pero todo esto, claro está, no es suficiente.

Me informé mucho durante el embarazo, sabía que no es ninguna patología y que yo, como mujer emancipada podía gestionar mi dolor, con soporte, pero autónomamente. En este hospital, no me dieron la posibilidad en ningún momento de hacerlo, no paro de pensar que podría haber sido un parto gozoso, y que estas “profesionales”, de alguna manera, me lo han arrebatado. Después de escuchar sin parar que no importa porque “lo importante es que todo ha salido bien” tengo la necesidad de presentar este relato y hacerlo llegar a aquellas mujeres que se estén planteando dónde dar a luz.

Muchas gracias,

Cristina