Empieza mi 1 embarazo en julio de 2019, en la cita para descartar anomalías a la cual me prohibieron ir acompañada, me dieron un papel para firmar, el cual leí bien antes de firmar (ponía que acudía con un acompañante mayor de edad) le dije a la ginecologa que como eso no era cierto y estaba en contra de acudir sola o no firmaba el papel o lo firmaba tachando esa frase del mismo. Lo terminé firmando tachando esa parte y le expliqué que a mi me angustia ir a recibir cualquier pronóstico sola (tengo una enfermedad rara y me ha tocado recibir muchos resultados, ya sé a qué me puedo atener).
En esta cita me dijeron que el niño tenía una cardiopatía incompatible con la vida (yo sola en la sala, y en el hospital) mi marido estaba en la calle esperando que saliera. El mundo se me vino a los pies, no recuerdo ni como pude llegar hasta la puerta del hospital (mi marido siempre habia querido ser padre, era la ilusion de su vida) yo solo pensaba: Como le explico yo esto a la persona que más quiero y más me ha apoyado en esta vida. No soy médico, como se lo explico, que es lo que le tengo que decir, que es exactamente lo que le pasa a nuestro hijo para terner que ir a un aborto...
Lo hablamos y finalmente decidimos que el aborto era la mejor opción, que no nos queríamos arriesgar a perderlo con 8 meses de gestación o al nacer, pues cuando fuimos (me negué en rotundo a ir sola) a la matrona para preparar los papeles la matrona nos intentó convencer de que esperásemos a otra eco que igual cambiaba la cosa...salimos sin los papeles, a la semana siguiente volvemos diciendo que lo hemos vuelto a valorar y que sí queremos hacer los papeles, la matrona de nuevo nos decía que somos jovenes (30años) que seguro que nos están pudiendo los nervios y que lo mejor era esperar un poco más que ese día no nos hacía los papeles para que lo pensásemos y lo hablarámos con la familia. Terminé cambiando de matrona, nos tocó una chica más joven, entendió a la primera la situación en la que se encontraba el bebé y nos hizo los papeles. Viví una agonía durante 3 semanas, tenía a mi hijo en el vientre, pero nosotros sabíamos que eso no podía ser.
Dia del aborto programado 11/9/2020, desde osakidetza (sanidad publica vasca) me enviaron a una clinica pribada para realizar la intervención.
Obligatoriamente tenía que acudir sola y no me dejarían llevar al bebé de ningún modo (eso no es lógico y no sé ni para qué lo quieres), me dijeron de ir a la 13:00, el día anterior me llamaron para que fuera a las 11:30, perfecto, cambié mi horario y acudí a las 11:30. desde las 11:30 hasta las 12:20 (ha pasado casi 1 año y para mi es como si hubiera sido ayer) estuve en una sala de espera sola llorando como una magdalena (yo me quedé embarazada porque estaba buscando un embarazo, no estaba allí por gusto) a ratos empezaba la ansiedad.
Me llamaron para entrar y el ginecólogo al verme dijo: no te agobies, esto es rápido, túmbate que ahora vengo. Gracias a dios la enfermera era maja me dijo que me pondría la vía con medicación para relajarme y que no sentiría dolor, solo como si me removieran un poco dentro, le dije que yo no estaba ahí por gusto que mi bebé tenía problemas y que esa era la mejor opción pero que estaba muy triste que por favor me pusiese la dosis más alta posible que me encontraba muy mal de los nervios y no aguantaría si escuchaba cualquier cosa que hablaran entre ellos durante la intervención. Me sedaron, y al empezar a despertar me ayudó la enfermera a ir a una camilla en la sala contigua donde me esperaba mi acompañante para vigilar que no me marease y después ayudarme a salir de la clínica. Unos minutos después entró el ginecólogo y la enfermera yo ya estaba de nuevo en un mar de lágrimas, el ginecólogo dijo que me quitaran la vía, que ya me podía ir.
Les pedí por favor que me dejaran llevarme la vía como recuerdo de mi niño, que no podía tener nada más de él, el ginecólogo casi riéndose me dijo que para qué quería eso (yo: para enterrar algo aunque sea, porque no me puedo llevar a mi bebé) eso es una chorrada y las vías hay que tirarlas, esto se te pasará pronto, no te preocupes, y salió de la sala. Me quitaron la vía y salimos de la clínica (sin la vía). Esto todavía me tiene martirizada, y todavia no entiendo por qué no es posible llevarte a tu bebé por muchas o pocas semanas de gestación que tenga si tú lo deseas, deberían de darlo aunque sea en un recipiente hermético (para no ver el estado en el que está o lo que sea) es un bebé, es mi hijo y no lo pude enterrar, no me pude despedir de él, no tengo donde ir a llorarle, pero para el ginecólogo eso era ilógico y una chorrada.
Después de todo eso terminé con estrés postraumático y no era capaz de entrar en un ambulatorio, hospital... Con la debida terapia superamos la pérdida y nuestras ganas de ser padres eran más fuertes, conseguimos un nuevo embarazo.
Llegó la hora de ir al hospital a la temida prueba de las anomalías, por teléfono me dijeron que tenía que acudir sola a la cita, pero yo con mi informe psiquiátrico en un brazo (en el que especifica que permanecer sola en un ambiente sanitario puede ser peligroso para mi salud tanto mental como física) y mi marido en el otro hecha un flan, haciendo respiraciones y a veces con lágrimas en los ojos me presento en la sala de espera. Llega una auxiliar que me llama por el nombre y me dice que pase, pero él no puede entrar (yo empiezo a decir: no no no no.... en bucle) ella: lo siento la ginecóloga no permite acompañantes, mi marido le dice que esto es un caso especial y que por favor le entregue el informe a la ginecóloga, entra a la consulta (informe en mano) sale y dice que lo siente pero que tengo que entrar sola. Empiezo a llorar desesperada diciendo no no no...me agarro al brazo de mi marido como si me fuera a caer por un precipicio, la auxiliar me agarra del otro brazo y empieza a tirar hacia la consulta diciéndome que no pasa nada, que puedo entrar. Empieza a darme un ataque de ansiedad (a mi marido: no me sueltes, no me sueltes) empezamos a avanzar por el pasillo, yo seguía agarrada a él como si mi vida dependiera de ello y la auxiliar tirando del otro hacia la sala. Mi marido le iba diciendo a la auxiliar que sola no podría entrar, que tenía un estrés postraumático grave y que si no era con él no entraría. Yo no pensaba que estaba montando tanto escándalo, pero empecé a ver cómo de cada puerta (unas 6 o así) de todo el pasillo se asomaban 1 o 2 personas a ver qué a ver qué sucedía, con esto quiero decir que había muchas testigos que corroboraron la situación en la que me encontraba en el momento que me recibió la dra. B.
Entré en la sala, bueno me esperaba la doctora en el pasillo (mi marido se fijó: con los brazos cruzados) hiperventilando y llorando como una magdalena. No te pongas así que ya eres mayorcita. A mi marido (yo colgando de su brazo) es una exagerada las pérdidas gestacionales tienen muchas mujeres y no es para tanto (el: bueno, cada persona no afronta las cosas de la misma manera). Tendrás que tomar algo para no ponerte así. No entiendo tu actuación siendo farmacéutica de aquí como tú eres. Deja de llorar ya, que no es para tanto.
Todas estas perlas me soltó por la boca una ginecóloga que previamente había leído un informe psiquiátrico de la paciente que iba a atender.
El miedo al Covid no le da derecho a ejercer la violencia obstétrica ni le da derecho a menospreciar a una persona enferma, porque un estrés postraumático es una condición mental que yo no puedo controlar, es una enfermedad. No le da derecho a humillarme y rebajarme que es el único sentimiento que me provocó esta doctora, a parte del ataque de ansiedad que me provocó y que hizo que en la siguiente consulta a ginecología subiera mi marido solo y yo me quedé en la puerta del hospital con mi mejor amiga. Mi marido le explicó que no volvería a ir a su consulta y pidió que aparte de que me atendiera otro ginecolog@ éste tuviera en cuenta que tendría que acudir con él y que registrara el informe psiquiátrico junto al historial de embarazo. La doctora B. añadió: ¿De verdad que no quiere ni subir? Pues yo no pensé que fuera para tanto, pero ya veo que hay gente (de todo tipo o para todo).
Esto ha tenido consecuencias como aumento del miedo y ansiedad a ir a cualquier prueba médica por una parte y la absoluta desconfianza en los sanitarios. Cada día recuerdo esas palabras y esos sentimientos del 11/01/2021.
La actuación de esta mujer se puede llevar ante un juez y soy consciente de ello, pero de momento solo pido que se le entregue un protocolo de buenas prácticas de atención al paciente, se le informe y recuerde las palabras que me dirigió ese día teniendo en cuenta en el estado en el que me encontró (en pleno ataque de pánico) para ver si es consciente de su negligencia y con que a mí S. P. E. no le vuelva a atender jamás.
Cero empatía cero profesionalidad y 100% violencia psicológica menosprecio y trato despectivo.