Carta publicada en el Periódico El Progreso con fecha del 10/10/2012
Hola amigo/as, soy Claudia.
Quiero dedicaros estas palabritas por todo lo que habéis
hecho por mí. Desde el primer día, hasta el último me
he sentido como si estuviese
con mi familia.
Me acuerdo de la noche del
día 9 de julio cuando salí de
la barriguita de mi mami,que ya estabais pendientes de
mí, para llevarme a vuestro
refugio. Sabía que estabais un
poco preocupadas por mi estado de salud, pero yo me sentía
fuerte, aunque no os dijese
nada, jiji.
Mis papis estaban preocupados y los informes diarios
eran muy serios, pero yo estaba completamente segura
de la profesionalidad de mis
salvadores/as, como así resultó ser. Algún día me habéis
hecho un poquito de daño,
pero yo sabía que tenía que
aguantar, porque os escuchaba decir aqué niña más luchadora. En varias ocasiones me
he quitado la sonda, pero erapara que supierais que ya quería el ‘bibe’.
El día 1 de septiembre,
cuando salí de la Uci, me sentí
grande y ya a los pocos días comencé con el ‘bibe’, y qué bien
me sentaron los tres filetes,
me ponía coloradita.
Recuerdo el primer día que
mi mami me dio el ‘bibe’, me
lo tomé rapidísimo, y el primer día que mi papi me cogió
en el ‘colito’, u``, qué tensión
le notaba.
Otro día muy bonito fue el
cumple de dos meses, me pusisteis un gorrito con un lazo
rosa, lo que tuvisteis que buscar por el hospital para encontrarlo, jiji.
Sois unas personas maravillosas, unos profesionales
de lo mejor, espero que todos
mis compañeros/as de refugio tengan la misma suerte que
he tenido yo, que lo restante
está asegurado en vuestras
manos.
No tengo palabras para
agradeceros lo que habéis trabajado conmigo, mañana,
tarde y noche, también por el
comportamiento que habéis
tenido con mis papis, que eran
momentos muy difíciles para
ellos.
Todas las visitas que he tenido fueron maravillosas, pero
las mejores, sin duda, las de
mi hermanito Mateo; qué cara
más bonita ponía al mirarme,
ahora que estoy en casita, solamente quiere cogerme.
Muchas gracias y besos para
todos/as, de Claudia y su familia.
Rafael Fernández Rodríguez.
Portomarín