Es triste. Que una mujer que decide parir en un hospital, sin mediar emergencia alguna, solo por deseo, porque así lo ha querido, tenga que encontrarse con este tipo de situaciones. Que en lugar de ser una buena experiencia que recuerde con cariño, sea vivido como un mero trámite, o peor, como un experiencia traumática, que incluso le quite el ánimo para tener más hijos. Quiero confiar que vamos por el camino correcto, que cada vez hay mayor información, mayor presión, mayor concienciazión, más gente dispuesta a reclamar derechos y a cumplirlos, buenos profesionales... Pero nos queda tanto por recorrer...