Vuelvo a leer entradas en El parto es Nuestro, tras un largo periodo de silencio, y tengo la sensación de que todo sigue igual, de que nada ha cambiado... Las mismas demandas, las mismas quejas eternas, las mismas prácticas obsoletas, la misma desconexión entre la realidad y el instinto, la misma ceguera "profesional", la misma relación insana con el nacimiento, la misma pasividad general...
Suerte que a fuerza de palabras, a puro de hablar y argumentar, (y a veces de elevar el tono y forzar el gesto), conversación tras conversación, en círculos familiares, con amistades, entre desconocidos, una siente como el mensaje va calando y como algunas mentes van reaccionando. Como cada uno en nuestro entorno podemos hacer mucho más de lo que nos imaginamos. Con la palabra, con la información, pero sobre todo con las ganas...
Muchas ganas de que la población despierte, de que la rueda gire en el sentido contrario, de que las mujeres retomen su poder en el parto. En el sentido contrario de la industria del nacimiento, y en primera instancia, a favor de la mujer y del bebé, a favor de la humanidad.
Un abrazo,
Me alegra saber que continuáis con las mismas fuerzas, la misma potencia y la misma energía.
Sois la caña, no se puede decir otra cosa.
Adri