Después de leer cuidadosamente la bibliografía de EPEN y compararla con lo aportado por "Comer o no comer" en sus dos (agresivas y arrogantes) entradas al respecto, a mí me ha quedado claro que comer jamón serrano no es más peligroso que comer cualquier otro alimento. El riesgo cero no existe, y si con un producto se puede contraer la toxoplasmosis, con otros se puede contraer la hepatitis, la salmonelosis, y un largo etcétera de enfermedades que podrían provocar problemas en el embarazo. Hay que tomar precauciones con la higiene, la conservación y la procedencia del producto, pero igual que con otros alimentos como las frutas y verduras, el queso, la mayonesa, el marisco, los frutos secos...
Si nos ponemos así de histéricos y exagerados, tampoco podríamos darles bocadillos de jamón a nuestros hijos, porque hay que ser muy mal padre para arriesgarse a que un niño en edad escolar se contagie de toxoplasmosis. Es un miedo absurdo y un paternalismo exagerado con las embarazadas, que siempre nos toman como enfermas y como niñas pequeñas, sin serlo.