Efectivamente, yo misma no sentí nada. Tengo que decir que fue la única vez que planifiqué un embarazo (y estuve embarazada 5 veces). Fue una niña muy deseada y establecí un vínculo con la bebé que venía; seguramente fue el embarazo más feliz que tuve, a pesar de que físicamente no los llevo bien. Pero su nacimiento me dejó con un vacío inmenso. Me la entregaron y no sentí NADA. Absolutamente nada. Lloré mucho por ello... y me pregunté mil veces porqué no fui capaz de ser menos educada y de evitar que me pusieran todo aquello que había pedido que no me pusieran ni me hicieran, si yo iba tan informada! Fueron educadísimos conmigo... pero nada respetuosos. Y no fue un parto traumático, no me destrozaron ni me insultaron, no me pasó nada de lo que otras mujeres cuentan que sufrieron.
Viví en mi propia experiencia el robo de mi parto y del nacimiento de mi bebé. Nos ha pasado factura: una lactancia difícil, un vínculo complicado un posparto larguísimo y lleno de baches y lágrimas. No fue mi primer parto y por eso yo sabía que eso no era normal. Con mi último hijo no me arriesgué. Nació en un parto respetadísimo en el que nadie me tocó ni intervino sin necesidad... y toda ha sido maravilloso.