"La madre no colabora": ¡Qué manera de quitarse las pulgas de encima, por Dios! Una entrada imprescindible, sí señor, para aprender a calibrar a quién tenemos delante y si le vamos a permitir o no que nos acompañe en el parto.
Muchas gracias por compartir todas estas (desagradables) experiencias con las que no tenemos hijos: así vamos aprendiendo qué tipo de profesional hemos de buscar si queremos un parto en el que seamos algo más que muñecas de goma a las que se les puede hacer de todo sin tener en cuenta sus sentimientos. Si no nos contarais estas cosas, acabaríamos haciendo caso a quien nos dice cosas como las que cuenta Natu Husai.
Cada vez estoy más convencida de que sí, un parto puede ser un mal rato, pero señores que actúan como éstos son los que convierten un mal rato en un rato espantoso, digno de una película de terror. Me quedo con el mal rato a secas.