Debo desmentir este artículo y dar la razón a alguno de vosotros, porque no siempre ocurre lo que se ha descrito, estamos cambiando el acompañamiento al parto y para ello se necesita la colaboración de todos.
Yo soy enfermera y estudiante finalista de comadrona en Suiza. Evidentemente en un hospital universitario nos encontramos muchos residentes. Hay algunas mujeres que por motivos puntuales rechazan nuestra presencia y así se acepta, pero debo decir que esto apenas ocurre. Por supuesto, des de que la estudiante se hace cargo de la situación de una familia y su acompañante, aquí por lo menos, nos presentamos como tal, intentamos alternar lo que llamamos toques vaginales para que una vez valore la estudiante y la siguiente la comadrona. Si la estudiante tiene dudas sobre lo que siente, se pide explícito permiso para que vuelva a tocar la comadrona. Siempre respetando intentar no crear dolor, no tocar durante una contracción salvo para comprobar si el bebé apoya bien su cabeza para descender. Y por supuesto, al acompañante de la mujer, siempre se le permite asistir a todo tipo de intervenciones de la comadrona, salvo si la madre no quiere. Por todo ello, creo que existen diferentes formas de aproximar los estudiantes para que aprendan, a pesar que esto sea más largo. Y es absolutamente preciso que aprendamos, porque, a pesar que intentemos invadir lo mínimo posible los cuerpos de las embarazadas, hay muchas situaciones que no se pueden recrear en maniquíes y que son imprescindibles de sentir para saber afrontar lo que pueda suceder a continuación. Esto nos conviene tanto a los estudiantes como a las futuras madres y familias.
Respecto a lo de "hacer el parto", quiero pensar que se trata de una expresión arraigada que se va perderá con el tiempo. En suiza se habla de "coger situaciones", intentamos conectar con las famílias para facilitar la colaboración entre unos y otros, así todo es mucho más fácil. Nos da igual hacer un parto en posición ginecológica, de cuclillas o a cuatro patas, siempre y cuando la madre sea capaz de ello y se sienta más aliviada. Nosotras nos adaptamos. Y por cierto, se me olvidaba decir, que es la comadrona la única profesional que interactúa con la familia, salvo en el momento del periodo expulsivo o parto, que avisamos a la comadrona responsable de sala para que se haga cargo controlar el CTG del bebé, ayudar si es necesario y habitualmente secar al recién nacido encima de su madre (eso porque la que hace el parto está estéril) + una ginecólogo que simplemente queda en una esquina de la sala por si necesitamos su ayuda inmediata como médico.
Y ya no quiero dar más el coñazo, simplemente que las nuevas generaciones de comadronas intentamos cambiar esta óptica, y a menudo no es nada fácil dado que las sociedades de algunos países aun no deposita demasiada confianza en nosotras pero la sigue depositando en el ginecólogo.
Un fuerte saludo y ánimos a las futuras madres que espero que se encuentren situaciones mucho más respetadas.