Desafortunadamente yo parí con jóvenes médicos que todo el tiempo me trajeron a las carreras, incrédulos de que no quisiera la epidural, apresurandome a pujar cuando no sentía las ganas de hacerlo, hablando con tecnicismos por lo que todo el tiempo tenía que preguntar ¿y eso qué es?, contestado de mala gana y hablando entre ellos. Luego la soledad del hospital aislada toda una noche, primeriza, con mi bebé. Pff una experiencia hermosa, pero dificultosa debido a la frialdad de la médicina como ciencia, que se ha olvidado que atiende personas, no robots...