A mí me queda claro: si congelo no hay riesgo, si no congelo hay un pequeño riesgo del 1%. Si multiplico ese riesgo por el número de veces que una mujer come jamón durante el embarazo y por el número de mujeres embarazadas que lo comen, ese pequeño riesgo individual pasa a ser un importante riesgo poblacional. Todos somos libres de hacer lo que queramos, pero con la información disponible lo más sensato y prudente (no olvidemos que la salud de nuestros hijos es lo que está en juego) es congelar. Gracias por el artículo.