Hace un par de años, un ginecólogo contaba una historia a la hora del café. Hospital privado, una gestante con epidural pedía insistentemente que no le hiciera episiotomía. Accedió a sus deseos y se desgarró. Pero la mujer se sentía satisfecha, no le importaba el amplio desgarro de 3º grado que se había producido. ¡No llevaba episiotomía!