Pues esto es como todo: para gustos, colores. Conozco una madraza muy madraza de tres. Le hubiera gustado que fueran uno o dos más, pero había apuros económicos y no pudo ser. He visto de cerca cómo les ha dado de mamar hasta más allá del año y cómo se ha desvelado por ellos como la que más desde el primer día hasta pasados los veinte. Un día me contó que suerte que con los dos primeros la habían podido dormir entera, porque con el tercero tuvo que parir con epidural porque había ingerido comida justo antes de romper aguas. Recuerda el tercer parto como una muy mala experiencia y habría preferido que hubiera sido como los dos anteriores: "A mí que me duerman entera. Con los adelantos que hay hoy en día, prefiero eso", recuerdo que decía.
Cada una ha de poder decidir lo más conveniente para su caso, de acuerdo con sus expectativas, miedos, deseos, etc. Por supuesto, eso incluye no sólo parir, también decidir si se quiere o no ser madre. No se es más ni menos mujer por ello. La que pudiendo tener hijos, no quiera, sus razones tendrá, tan válidas como las de la que quiere tener 1, 2 o los hijos que le venga en gana. Y hay que recordar que muchas veces no se tienen hijos porque, ya hace tiempo y con la crisis aún más, por mucho empeño que le ponga la pareja no consiguen más que contratos temporales con sueldos de miseria. Hay quien en esas circunstancias se pone el mundo por montera y se lanza a la aventura de tener niños, pero no todas las personas reaccionan igual - y en su derecho están de que así sea-.