No he parido. Estoy investigando el tema porque me interesa. El tema de este blog creo que se refiere a que esa decisión de "a mí que me duerman" no es del todo una decisión libre: se basa en prejuicios y miedos adquiridos, inculcados a las mujeres en los últimos 50 años de medicalización y masculinización del parto. Antes, si eras atendida por alguien era por otra mujer que había parido ya (mi abuela y bisabuela fueron parteras). Pero de pronto apareció un hombre (el ginecólogo) que sabe más de tu cuerpo que tú. Que sabe que lo que estás sintiendo es malo y reprimible, aunque él no tenga los órganos que lo sienten.
Por lo demás, no anestesiar a una parturienta no es inflingirle dolor o torturarla. Es lo más natural del mundo, las mujeres lo han hecho por miles y miles de años. La naturaleza nos ha estado preparando para ello desde nuestro primer ciclo menstrual. Inflingir miedo y coartar la libertad, eso sí es torturar. No decir que parir puede ser un placer, eso también es torturar.
Ahora, si teniendo una información completa y acabada de todos los tipos de parto, la mujer escoge la anestesia, allá ella... y su familia. Que el parto tiene dos protagonistas: la madre y el bebé. ¿Y si por los miedos de una mujer adulta, culta, moderna y civilizada sometemos a una TORTURA a un recién nacido débil e inocente? Pasar de mano en mano entre desconocidos, ¿no es una tortura? Que lo primero que recibas, nada más nacer, sea un golpe para hacerte llorar ¿no es una tortura? Que escuches muchas voces, todas desconocidas y que la única que conoces, la de tu madre, no la escuches porque ella está dormida, ¿no es una tortura? ¿Qué madre dejaría a su hijo de 5 años perderse en una multitud en un centro comercial, sin que pueda verla, escucharla o sentirla a su lado? Pues parecen haber muchas dispuestas a hacerle eso a un bebé recién nacido, aún más indefenso.
Soy profesora. La peor tortura que hacemos los seres humanos es cegar a otros seres humanos. Lo sé porque lo hago todos los días para ganarme la vida.