He tenido a mis dos hijas de parto natural, sin anestesia y plenamente consciente del proceso. Han sido, sobre todo el segundo parto, los momentos más auténticos de mi vida adulta, los más mágicos, los más maravillosos.
Siempre que puedo, comparto mi experiencia con las mujeres y hombres que quieran escucharla para en lo posible, acabar con esa idea tan aceptada socialmente de que el parto es algo terrible, solo dolor, y mostrar también que es placer y amor y fuerza y verdad.
Pero creo que esto no se debe hacer desde la descalificación, separando a las mujeres en "fuertes, libres, conscientes e informadas" que optan por parto natural y "sometidas, ignorantes y asustadas" que deciden parir de otra manera, la que sea que ellas elijan. Me parece que con este artículo se da esta impresión. No creo que nadie deba juzgar a nadie, pero en particular, no creo que mujeres que luchamos para que nuestros derechos como madres se respeten debamos juzgar a otras mujeres por las decisiones que toman durante sus embarazos, partos, lactancias y maternidades. Partamos del respeto primero, del amor y del acompañamiento, y que cada cual decida qué es lo que quiere hacer con su vida.
Un saludo a todas.