En mi opinión, para poder dejar de generalizar, ese colectivo debería de dar muestras fehacientes de que no condona, disculpa ni relativiza comportamientos como el que supuestamente se han dado en el caso en cuestión. Sin violar la presunción de inocencia, derecho inalienable del acusado, el colegio de médicos correspondiente debería de haber hecho pública una nota desmarcándose enérgicamente de los comportamientos que, supuestamente, han concurrido en el caso denunciando, aportando pruebas de que efectivamente en sus recomendaciones, documentación técnica, etc. se desaprueban dichos comportamientos y anunciando una investigación interna.
En ausencia de lo antedicho, se ha de concluir que el colectivo de médicos, oficialmente representado por el colegio, aprueba, disculpa o condona los comportamientos denunciados, independientemente de que éstos hayan sucedido o no tal y como se denuncian.
Por tanto, sí cabe generalizar, no porque todos los médicos estén dispuestos a actuar de la manera denunciada, sino porque no se posicionan explicitamente en contra de ello. Cuando se pertenece a un colectivo, se pertenece para lo bueno (el consabido corporativismo) como para lo malo (la imagen pública del colectivo se daña por el comportamiento de uno sólo de sus miembros).
Y, seamos realistas, no hay nada específico del colectivo profesional médico que impida que el número de profesionales negligentes y/o incompetentes en dicho colectivo sea menor que en el resto de las profesiones. Los colegios profesionales, en principio, podrían representar un factor de incremento de la calidad, pero parece ser que se comportan más bien como herramientas para implementar el antedicho corporativismo.