Lo realmente grave de este caso es que se trataba de un parto normal y sin complicaciones y el uso de fórceps fue con "intención didáctica", no por ningún tipo de justificación de riesgo vital para la madre o el bebé, sino para que varias personas sin experiencia "practicaran" con esta herramienta, en una mujer que nunca dio su consentimiento, porque nunca fue informada de que ella y su bebé iban a ser utilizadas como objeto de experimentos.
La cruda realidad es que la niña objeto de esta intervención sufrió una fractura craneal y hemorragia intracraneal, entre otras lesiones, y actualmente padece epilepsia, hipotonía lateral, entre muchos otros problemas, a consecuencia de su actuación. Toda la demagogia terminológica a la que se aferran para eludir su responsabilidad no va a cambiar esos daños.
Me pregunto si las personas responsables se han planteado pedir disculpas algún día, y si pueden dormir por las noches.