Sí.
Se trata de recuperar algo que hasta no hace tanto, formaba parte de la normalidad o de lo cotidiano...O quizá no, quizá las mujeres de antes, me refiero a la generación de nuestras bisabuelas y abuelas, sólo lo hacían de manera instintiva, porque tampoco había muchas más alternativas para criar y sacar adelante a la prole. Desconozco a qué nivel de presión se sometía dicho acto en el ámbito público, pero imagino que no era algo habitual hasta hace años, porque ni siquiera a día de hoy una amplia mayoría de la sociedad lo practica o lo entiende como algo natural.
Por su parte la crianza natural y el amamantamiento, en el espacio privado, sufrieron una fuerte transformación ya en la época de nuestras abuelas con la aparición de las primeras medidas alternativas de alimentación infantil.
En mi familia, por lo que recuerdo, las madres (que amamantaban hace tres décadas), en las reuniones familiares, se retiraban a habitaciones de la casa en las que se encontraban a solas. Quizá para escapar de las miradas familiares, quizá por cuestión de moda, quizá por tranquilidad, por comodidad. Yo era pequeña, recuerdo que había dos cosas que no comprendía: la primera era por qué los bebés no estaban con sus madres en las habitaciones, fui a conocer a mi hermana y me desoló no encontrarla en la habitación junto a mi madre; la segunda era qué comían los bebés y si bebían agua (todo aquello realmente me preocupaba)... Me costó años ver a un bebé ser amamantado por su madre. No era una imagen posible en el ámbito público, tampoco habitual en el ámbito cercano. Si acaso algo especialmente reservado al ámbito familiar.
Digo todo esto porque quizá este movimiento no sea propiamente una reconquista del espacio público, sino una conquista en toda regla. Una acción mucho más transgresora, trascendental y de mayor calado de lo que nos imaginamos.
Puede que esta forma de entender la vida, la crianza, la humanidad esté siendo devuelta al espacio exterior, desarrollada a plena luz del sol, de una manera renovada, después de muchos cientos de años.
Puede que estas acciones y movimientos sean la expresión más interesante de un profundo cambio social incipiente, pero ciertamente arraigado en muchos de nosotros.
En cualquier caso, y sea lo que sea, me gusta y lo defiendo.
Un saludo a todas,
Adri