Supongo que tras diez años recabando testimonios que en algunos casos poco tienen que envidiar los experimentos de Mengele debe haber la tendencia de que , sin olvidar el rigor científico, se decida pasar a la acción. Si eso supone denunciar, que la sociedad tome mayor conciencia y determinado personal se asuste, no veo dónde está el problema, la verdad. Culpar a EPEN por una actividad que figura en sus estatutos está de más. Incluso hay debe pensar que los profesionales más cerriles ya han tenido tiempo suficiente con diez años para reciclarse y que es una pena que EPEN no tenga más medios para personarse en todas las causas de auténticas barbaridades que se siguen viendo a fecha de hoy.