Citando a Soledad Galán en su libro "Adiós cigüeña, el placer de parir" :
"Una mujer que no siente, no protesta. No perturba la labor asistencial."
El miedo inculcado desde siempre y el rechazo hacia lo natural en la mujer como son su sexualidad, su parto, tienen su máximo exponente de control y sumisión en la analgesia epidural.
Incapacitar a la mujer para que no sienta su cuerpo y entregue dócilmente su control al que "sabe" y decidirá "por ti" y "por tu bien" lo que debes hacer. Convertir a la mujer en niña inmadura, insegura, ignorante y esclava del sistema.
Porque claro, si descubrimos de lo que somos capaces las mujeres al parir, descubriremos que podemos con todo y ése no es el rol que quieren para nosotras.
Asistencia sí, e intervención cuando sea estrictamente necesaria, pero dirección e intervención rutinaria no!!
Hay estudios que demuestran que no entorpecer un parto y dejar fluir la propia fisiología, si la mujer conoce verdaderamente en qué consiste su cuerpo y su parto (no los cursos para "domesticarla"), el placer existe, la recompensa, el gozo y el empoderamiento!
Se suele reprimir la naturaleza del parto porque es la naturaleza femenina y nos inculcan a parir, según he oído a algún matrón, "con elegancia", sin chillar y dejándote hacer, pues yo pariré como me dé la gana porque soy mujer y mi cuerpo al igual que sabe engendrar, sabe parir!
Respeto y adelante frente a la ignorancia!