Realmente a mí también me da pena este debate. Por supuesto que hay que estar al lado de las mujeres, sin duda alguna. Eso ni siquiera es cuestionable. Lo horrible es ver que los pasitos que se van dando, que son pasos de gigante en este mundo tan patriarcal e institucionalizado en lo que a la salud se refiere, no sean visible. Ojalá asociaciones tan importantes como El Parto Es Nuestro visibilizara un poco más la labor que estas nuevas generaciones de matronas están haciendo, con tantas dificultades, profesionales y personales, puesto que el mobbing es algo que forma parte de la vida diaria en sus lugares de trabajo (hablo del parto hospitalario), y no por ello han tirado la toalla.
Habría que desmontar el sistema sanitario entero, eso para empezar, pero no como lo quieren hacer los políticos, sino para hacerlo menos patriarcal y más respetuoso. Y habría que crear Casas de Partos en el sistema público, como hay en otros países, y que el nacimiento en casa sea algo normal. Y que la mujer, lejos de estar infantilizada, informada, ELIJA lo que ella quiera: hospital o casa. Pero señoras y señores, tiempo al tiempo.
Desde luego la lucha entre matronas y doulas sólo aleja ese mundo idealizado donde el nacimiento es algo maravilloso.
Conozco a Matronas, especialmente en las clínicas privadas esas a las que muchas mujeres van para que las atienda "Su Ginecólogo" y en grandes hospitales, que han olvidado que la mujer es eso: una mujer, y se limitan a tratarlas como meros especímenes de laboratorio o como cuerpos aislados de mente y alma. Y su formación, estoy segura, era mucho más amplia y no puramente biologicista.
Y conozco a Doulas que se hacen llamar Parteras y que asisten partos. Y en España, la formación que tienen no las habilita legalmente para esa asistencia. No dudo en absoluto de su capacidad de acompañamiento, pero los conocimientos sanitarios para la atención al embarazo, parto, postparto, crianza, etc, no los tienen acreditados.
Pongámonos cada una en nuestro lugar: matronas, doulas y mujeres (que al final es lo que somos todas) y luchemos juntas por mejorar la asistencia. Porque lo que pasa es que a mí me da la sensación de que lo que hacemos es luchar por ser las PROTAGONISTAS del evento, ese evento, el nacimiento, en el que los únicos protagonistas son la madre, el bebé y la pareja/familia.