En febrero nació mi hijo, después de un embarazo en el que todo iba bien una noche llegué a urgencias porque tenía contracciones fuertes... la única que me hizo un tacto fue una estudiante, que dijo que estaba cerrado, pese a que ya llevaba casi una semana con el cuello borrado y 1cm y contracciones leves e irregulares.
Me pusieron oxitocina en urgencias y luego, con contracciones que me quería morir del dolor cada 3 minutos como muchísimo, ME MANDARON A CASA!! Porque nadie se molestó siquiera en mirar la dilatación, me mandaron a casa después de decirme la ginecóloga que no podían asegurar que mi bebé estuviera bien porque le caían las pulsaciones "un poquito más de lo normal".
Pasé un infierno esa noche en casa sin dejar de asegurarme que se movía, porque esa frase me perseguía, por qué me mandaron a casa si no podían asegurar el bienestar de mi bebé? Para qué la oxitocina y luego a casa?
Al final acabé en cesárea pese a que me hicieron una prueba antes haciendo un piquete a mi bebé en su cabecita para no se qué de la sangre, cuyo resultado salió "bien" y estuve unas horas más intentando dilatar, pero no pasé de 8cm y con las prisas por sacarlo me pusieron buscapina que casi me mata... al final cesárea de emergencia.
3 horas separada de mi hijo, a pesar de que estuve consciente todo el tiempo, tenía la epidural y la usaron, no me durmieron, sentí todo aunque sin dolor, pero cada corte, cada sutura, como sacaban al niño... y luego me preguntan si lo quiero ver, ¿hola? ¿Cómo que si lo quiero ver? Y para rematar me dicen que se lo van a llevar, que le de un beso, que lo tendrá mi acompañante (soy madre soltera).
En la habitación ya un cachondeo el trato asqueroso, se salvan 3 o 4 personas, las enfermeras poco más y me escupen...
Y ahora sigo recibiendo comentarios de que debería haberlo superado ya o que tengo que estar agradecida con la cesárea, como si no hubiera sido el mal menor o la última opción a una situación que no mejoraba.