Gracias por compartir esta carta.
Yo no me he sentido tan indignada, ni maltratada (todavía, estoy de 24 semanas) por los servicios de salud. Pero si que he tenido un par de momentazos que me gustaría compartir con otras mujeres:
-El hospital en el que voy a dar a luz es universitario, por lo que puede que, si se dan las circunstancias, metan en el paritorio a un grupete de x alumnos de medicina. Por ley sé que tengo derecho a manifestar mi desacuerdo con ello y solicitar que en el parto sólo asistan los profesionales y el acompañante que yo decida. Lo siento por los estudiantes pero soy primeriza y muy sugestionable, no creo que 15 pares de ojos me ayuden a dilatar o a pujar, de hecho todo lo contrario. Y se supone que la madre debe estar tranquila y relajada en esos momentos. Total, que mi matrón (que se explica como Ozores) me trató como si yo fuera una niñita pequeña diciéndome que 'qué más daba que me vieran 'aquello' ocho u ochenta, que todos tenemos lo mismo y no pasa nada'... ¬¬ Muy bien, señor profesional del acompañamiento a la embarazada: no estamos hablando de las duchas del gimnasio, estamos hablando de un acto íntimo, personal y único.
-Por otro lado en la primera clase de preparación al parto (la que es puramente informativa, no práctica) pude ver cómo las embarazadas de más de 35 años son amenazadas una y otra vez O_o Yo tengo 33 años, pero salí de allí acojonada, no quiero pensar cómo salieron las de más de 35 años. Parece que fueran 'culpables' de algo y merecieran ese trato horripilante y espeluznante: Una cascada de estadísticas sobre malformaciones y enfermedades, información sobre pruebas macabras, datos de abortos... cae sobre ellas, y además la matrona lo suelta tan fresca como diciendo 'vosotras os lo habéis buscado'. No creo que haya necesidad de ello. Precisamente porque las mamás mayores de 35 son más maduras, están bien informadas y si tienen la mala suerte de pasar por alguno de esos tragos, sabrán como enfrentarlo sin tener que estar aterrorizadas de antemano, por si acaso.
Puede que las embarazadas estemos más susceptibles al trato, pero si que es necesaria una reformulación y renovación en la formación de los profesionales. No somos vacas, no somos analfabetas, no somos muebles porteadores de bebés, somos personas. Por defecto deberían explicarnos e informarnos sobre cualquier suceso que ocurra durante nuestro embarazo-parto-crianza (aunque eso les haga perder tiempo), sin tratarnos como imbéciles. Y si además la embarazada-madre tiene algún tipo de reparo o preferencia por ciertas prácticas, respetarlo. Porque en este país parece que sólo se respeta si es por cuestiones extremas de religión.
Un saludo a todas y mucho ánimo.