Hospital Puerta de Hierro, octubre pasado. Voy con mi hermana con bolsa rota y tras varias horas de contracciones seguidas, y cada vez de más duración y tal. De parto.
Entrada del hospital. Marido de ella, ella y yo. El celador trae una silla de ruedas. Mi hermana dice "Irene, déjame la botella a mano para que pueda beber". El celador, "NO, NO, NADA DE AGUA, NO PUEDE BEBER NADA, ¿Y SI ES CESÁREA?". Muy motivados se les ve como IHAN. El primero que hace que se te caiga el alma a los pies, el celador de la entrada. No hablaré pues de las matronas que para comprobar que la bolsa estaba rota no miraron que mi hermana dejó un charco en la silla y venía con la ropa empapada.
Fue cesárea, curiosamente. A lo mejor le tienen que dar el premio al visionario del año al señor celador. Cesárea entrando con 10 cm de dilatación.