Cuando veo cosas así siento verguenza ajena...y me apena que mi profesión sea la misma que la de otros profesionales con mi misma titulación. La misma profesión que tanto amo, y respeto y a la cual dedico mucho esfuerzo para acompañar las mujeres, cda una con sus necesidades específicas y su vivencia única e irrepetible...
Si, tengo verguenza....y no me reconozco en su misma profesión ni actividad...
Yo no le encuentro la gracias, tal vez no tengo sentido del humor. Conozco demasiadas mujeres que cargan en su alma una pena y un dolor demasiado grande adquiridos en los paritorios de nuestro país y hasta que estos casos no dejen de existir, me parece fuera de lugar que se hagan bromas sobre lo que sucede ahí dentro; por respeto a ellas y a su dolor.
Indudablemente hay muy buenos profesionales trabajando de forma exquisita en nuestros paritorios, pero de la misma manera que celebramos el trabajo bien hecho y nos enorgullecemos como colectivo, también, ante el dolor causado debemos asumir nuestras responsabilidades como colectivo, y evitar faltar al respeto a todas esas mujeres víctimas de la violencia obstétrica.
Queridas mujeres, familias...os pido perdón en nombre de mi profesión.