Entiendo el enfado, Choni. Y aplaudo tu valentía.
También entiendo a quien no entiende nada de este revuelo: las residentes entramos ilusionadas, y salimos anestesiadas ante lo que hemos tenido que ver en los paritorios: de otra manera, no podríamos aguantarlo.
Mi lucha cada día es no olvidar que mi trabajo es cuidar a las mujeres, más que subir la oxitocina.
No firmo con mi nombre por miedo a las represalias de mis compañeras y compañeros, que están muy afectados por este lío, no entienden nada, y se sienten atacados por estas mujeres radicales que se meten con ellos.
Creo que la realidad es exactamente la contraria: desde el respeto, hagamos equipo con las mujeres y sus maridos, sin burlas desafortunadas, con empatía y con corazón.
Para mí, eso es ser matrona.