La mera ignorancia hacia tu persona por parte de los profesionales ya supone una violencia hacia tu integridad moral.
Y es que la violencia obstétrica también está condicionada por la cuestión de género. El menosprecio hacia la voluntad de la mujer, su infantilización y su manipulación a través del engaño o la omisión de información, es ostentar una posición dominante sobre nosotras, que no sólo pretende someter el parto, sino dejar claro en qué escalón debemos estar. No vaya a ser que pensemos que podemos, que tenemos decisión, autonomía y capacidad física y mental.
Animo desde aquí, a las mujeres a denunciar y a los profesionales que presencian estos actos vejatorios a hacerlos públicos, porque el silencio perpetúa, y porque no queremos que nuestras hijas reciban ese trato cuando tengan a sus hij@s!!
Adelante!!!