Muchísimo ánimo, María, en la labor que has decidido hacer. Me siento muy identificada con tu relato, porque mi hijo también nació por cesárea el día de mi cumpleaños, y siempre había soñado con un parto natural, y el piel con piel en los minutos siguientes a su nacimiento... También sufrí la separación durante casi cuatro horas, que me parecieron las más largas de mi vida, pues no veía el momento de tenerlo en mis brazos.Y fueron cuatro horas porque los profesionales se saltaron el protocolo y me subieron a la habitación a la una de la madrugada en lugar de las siete de la mañana como suelen hacer. Cuando por fin pude tener a mi hijo conmigo, le sentí con la respiración tremendamente agitada, y así pasó toda la noche. Yo no sabía qué hacer, y me lo puse a mamar, a una teta, a la otra,... tenía que pedir ayuda para cambiármelo de lado, pues con la cesárea y la anestesia no tenía ninguna fuerza... y por suerte alrededor de las ocho de la mañana, recordé con mayor claridad todo lo que había leído y escuchado sobre el piel con piel y desnudé al niño, me abrí el camisón y le puse sobre mi pecho. Mágicamente el niño se calmó, desde ese momento su respiración se hizo más tranquila, y mi alegría, enorme.
Estoy contigo y con todas las personas que están luchando para que los partos sean respetados, y si hay que hacer cesáreas, se hagan de la forma más humana posible, y con la mínima separación de la madre y el hijo.
Mucha fuerza y ánimo!!