A mí me gustaría ser mamá algún día, me la paso leyendo vuestras historias, vuestras recomendaciones. Y se me hace un nudo en el alma, lloro cada vez que veo un relato de un niño que se va. Porque siento como mío un pedacito de cada bebé. Muchas fuerzas a todas las familias que han perdido a un hijo, sepan que Dios está, y que esos niños tienen un lugar especial junto a él.