Querido Javier, en ningún caso culparía a una madre que no ha podido amamantar a sus hijos, ni tampoco a una que no ha querido hacerlo, de que su hijo tenga cualquier tipo de enfermedad. El que una madre no haya podido amamantar es una desgracia, y efectivamente produce depresión, como usted bien dice en su comentario. El que una madre no quiera amamantar a sus hijos es una elección, pero desde mi punto de vista tendría que ser una decisión informada. Sí, está demostrado que alimentar con fórmula no es igual que alimentar con leche materna. La fórmula debería ser el último recurso en situaciones muy puntuales y muy concretas, y por supuesto es el recurso siempre que la madre elija no dar de mamar. Pero creo que toda médico debe luchar por conseguir una mayor tasa de lactancia materna, y debe luchar diciendo la verdad. Ni más ni menos. Lamento que su mujer pueda sentirse culpable o deprimida porque yo diga la verdad, y me encantaría subsanarlo de la mejor manera posible... pero no puedo decir que la leche de fórmula es igual que la materna, porque no sería cierto. Un saludo!