He tenido dos hijos en los últimos tres años, y en ninguno de los partos se me informó de lo que me estaban poniendo en vena.
"Un gotero, no te preocupes" fue la respuesta la primera vez, y cuando ya más informada, pregunté en el parto de mi segundo hijo, la respuesta fue la misma. Y eso que eran hospitales y matronas diferentes.
La segunda vez el parto acabó en sufrimiento fetal, y cesárea de urgencia. Ahora entiendo que pudo ser provocado por la oxitocina que me metieron.
Pero además he vivido los partos "vaginales" de cuatro amigas también estos dos años, y tienen experiencias parecidas a la mía. Les he preguntado a raíz de este artículo, y tres me han dicho que nadie les preguntó ni informó, y la cuarta fue inducción programada, pero en la que nadie le explicó que la oxitocina tiene los riesgos que vemos que tiene.
Dos de los partos acabaron en forceps, otro en cesárea por sufrimiento fetal (como el mío) y el otro, cesárea porque la inducción no funcionó.
Entre las cinco amigas, cuatro hospitales diferentes: dos públicos y dos privados
Así estamos: cinco mujeres y seis partos, con 3 cesáreas, 2 forceps y una episiotomía de primeriza que aun me molesta.
Como estadística no vale, pero para darnos que pensar, sí que debería valer.
Me alegro de que haya muchos hospitales en los que ya no ocurra esto, pero más me alegraría que fuese en todos, y me habría ahorrado los puntos y la cesárea, por (presunta) culpa de la "inocua" oxitocina.