Me gusta esta aportación: conciliadora y realista.
Me gustaría aportar a estas reflexiones algo relacionado con el hecho de que las mujeres pidan epidural, oxitocina e incluso cesáreas, y cómo manejar el hecho de la decisión de las mujeres en estos casos.
Creo que todas las madres deseamos lo mejor para nuestros hijos. Todas. Y ahí radica el problema: las mujeres no tienen conciencia de que la epidural, o la oxitocina, o incluso una cesárea sea riesgosa, peligrosa o pueda causar problemas al bebé. Porque es evidente que si lo creyese, ninguna lo elegiría.
Pero llevamos tantos años escuchando que la epidural es buena, que no pasa nada, que es mucho mejor ponérsela, que para qué sufrir, minimizando los riesgos de la misma, llevamos tantos años escuchando que una cesárea es igual o mejor para el bebé porque salen más redonditos y guapos, que tenemos interiorizado que da igual, que no pasa nada por adelantar un parto incluso semanas, que el hecho de que un parto se tuerza no tiene que ver con las intervenciones, sino con el azar (me ha encantado esta reflexión).
Y claro, con esta cultura del "parto manipulado igual de riesgoso o menos que el parto no manipulado", es fácil entender a las mujeres que piden estas cosas, aunque empiece a oirse que no es lo mismo.
Hasta que el mensaje cale, hasta que todos y todas interioricemos que manipular sin razones es peligroso, que hace daño, que destroza, que no da igual, hasta entonces, seguirán llegando madres que piden cesáreas o inducciones como si nada, porque no se imaginan que de verdad sea mucho peor.
¿Qué hacer mientras tanto? Pues informar, informar e informar.
Lo mismo que si llego a un dentista y le digo que me quiero arrancar cuatro dientes, y no hay razón ninguna.
Gracias por la reflexión, Rocipipi