De hecho no se pide: se manifiesta directamente que no lo hacen. La conclusión está en negrita y reza: "A modo de conclusión, queremos hacer hincapié en que dentro de las competencias de las matronas en nuestro país no se encuentra “acompañar" a la mujer (sabemos distinguir entre asistencia y acompañamiento)".
No soy doula y no tengo nada más en contra de las doulas que de los community managers y otras profesiones nacidas al amparo del capitalismo, que nos priva de tribu, amigas, madres y comadres. Soy madre reciente y quisiera que todas las mujeres gozaran de la asistencia y el acompañamiento del que yo he gozado durante mi embarazo y mi parto, sea con una doula si ha de ser.
Tampoco soy matrona ni profesional sanitaria, pero he disfrutado y todavía disfruto, como parte de un grupo de madres, del apoyo, formación y acompañamiento de varias matronas, una en mi centro público de salud y otras tres en mi parto que fue largo. El cuidado y el acompañamiento no pueden separarse de la asistencia y la mayoría de los artículos publicados últimamente caen en ese error, que no comprendo y me entristece.