Ese es precisamente parte del problema de las matronas: que son enfermeras. Su primera profesión no debería ser la enfermería, puesto que esto las coloca en una situación de obediencia y subordinación con respecto al ginecólogo, el médico.
Cuando yo me lesioné una articulación, tenía un traumatólogo y un fisioterapeuta. Los dos tenían muy claro que cada cual se ocupaba de lo suyo, un área distinta dentro de la misma rama. El fisioterapeuta no había estudiado enfermería, sino fisioterapia. El fisioterapeuta no estaba sometido a la autoridad médica, sino que era independiente. El fisioterapeuta elaboró un plan de ejercicios y me informó, lo consultamos juntos, así que cuando un ejercicio no me iba bien, me lo cambiaba por otro o introducíamos una variación. Uno de mis familiares ha tenido una depresión terrible, y el psiquiatra, además de diagnóstico y medicación, le recomendó terapia psicológica. El psiquiatra, que también ha estudiado psicología, tiene muy claro también que son dos profesiones distintas y complementarias, no una inferior a la otra.
Y las matronas? Son enfermeras. Los ginecólogos piensan que están por debajo de ellos en conocimientos, como lo ha dicho bien claro en una entrevista de prensa el presidente de una sociedad española de ginecología: "La matrona tiene menos capacidad que el ginecólogo porque tiene menos conocimientos". Eso no se lo he escuchado decir al traumatólogo en relación al fisioterapia, ni al psiquiatra con respecto al psicólogo. Así que a lo mejor es momento de empezar a reclamar una titulación en matronería, para que los ginecólogos, tocólogos, obstetras, etc empiecen a darse cuenta de que las matronas son como los fisioterapeutas y los psicólogos.
Esa subordinación, esa falta de independencia, es lo que perjudica más las competencias de las matronas, que son de facto asistentes inferiores de los médicos. Las doulas solo acompañan, no toman decisiones. No son competencia. Y si la mujer quiere comerse su placenta? En qué afecta eso al trabajo de la matrona? En nada, es algo personal que se refiere a la vida privada de las familias. El Consejo de Enfermería persigue fantasmas con este Informe doulas, se ha pillado las manos considerando a las mujeres como idiotas incapaces de tomar decisiones, obviando otros problemas mucho más graves y otros intrusismos (reales) por parte de sus superiores (que son tb compañeros de profesión en el paritorio). A mí el colectivo matronas me ha decepcionado, salvo dignas excepciones que se han desmarcado del informe, perdiendo el tiempo en luchas absurdas cuando tienen batallas mucho más importantes dentro de los hospitales y de los despachos de la Admón. Pero claro, con los de arriba por lo visto no se atreven.