Qué maravilla. Me alegro muchísimo.
Muchas veces de tanto temerlo, acontecemos los celos.
En mi caso, Edén apenas tenía 2 años y 2 meses cuando Río nació. Ambos son varones. Al principio aparecieron: más que celos, el dolor del arrebato. Después lo ha ido entendiendo; bien es cierto que ahora Río tiene un mes y es, supongo, poco tiempo como para cantar victoria.
Imagino que al ser chicos, por muy sexista que pueda sonar, lo hace distinto...
Pero estoy igualmente feliz. Con ojeras, lactancia en tándem, y muchas veces de mala uva por la noche, pero feliz.
Eso sí: las siguientes me gustarían que fueran niñas!
Gracias por compartir!