Pues supongo que se basa en todos los estudios científicos habidos y por haber al respecto. Antes no se sabía, ahora sí. Mal que nos pese, no son exageraciones: es la verdad. En lugar de negar la verdad porque no conviene enfrentarse a ella, a lo mejor es el momento en que las mujeres empecemos a luchar duro porque se nos respete en los paritorios. Para que nos respeten a nosotras. Para que respeten a nuestros hijos. El trauma no lo produce la información, ni esta asociación, sino la violencia obstétrica y la mala praxis en los paritorios.