Absolutamente nada, yo quiero a mi bebé más que nada en el mundo, pero ni he tenido parto con epidural porque he querido, no le he dado de mamar porque no he querido y duerme en su cuna como un ángel.Es el amor de mi vida no menos que el bebé de cualquier madre, soy feliz y mi pequeño es el niño más alegre y saludable del mundo.Menos culpas y más flexibilidad y felicidad, mamis