Claro que la responsabilidad es nuestra, son nuestros cuerpos e hij@s. Debemos informarnos y leer mucho sobre el parto, pero el de verdad, el respetado, y sólo tener intervenciones cuando son realmente necesarias y no por mero protocolo.
Yo tuve cesárea programada en la semana 39 con mi primera hija por "tú no podrás, eres estrecha de caderas, vas a sufrir, bla bla bla" a acojonar. Así que por mi desconocimiento y confianza con l@s médic@s que creía saben más, ja, ja, (al menos en un parto sin intervenciones la mayoría no tienen ni idea ni ganas de esperar) me leí estudios, informes, ciencia tb sí, libros, experiencias, y cuando quedé embarazada de mi segundo hijo, decidí que mi segundo parto sería en casa con dos matronas preparadísimas, equipadísimas y respetuosísimas.
Mi hijo nació en la semana 42 (la ginecóloga me quería inducir en la 38 pero yo no tenía prisa, mi hijo estaba muy bien), pesó lo mismo que mi primera hija, el perímetro craneal un poco más grande y sí, mi cuerpo después de cesárea funcionó con la simbiosis de mi inteligente hijo que hizo su trabajo sin ser molestado ni física, ni emocionalmente ni químicamente.
El riesgo está siempre elijas lo que elijas, pero después de lo que leí, yo tenía más riesgo en un hospital por el simple hecho de negarme a toda la ristra de intervenciones desde el momento en que pones un pie dentro. Decidí la tranquilidad de mi casa y estuve muy bien acompañada porque loca no estamos, estamos informadas y empoderadas. La decisión es nuestra, y cada una ha de ser consciente de qué sabe del parto natural 100% y qué de PVC en este caso.
Espero que cada mujer se empodere aprendiendo y tome decisiones de su parto desde ese lugar y no desde el miedo, sea suyo o de su entorno.
Un abrazo