En 2008 tambien sufrí una preeclampsia a las 34 semanas. Pude parir vaginalmente pero el trato por parte del personal de ginecología fue inhumano. Fuí tratada como un pedazo de carne. Mi marido no pido estar cuando nació nuestra hija bajo no sé qué pretexto. En tu relato me he visto reflejada en cada una de las experiencias que has contado. La herida, en mi caso, nunca acaba de cerrar, aunque cómo has dicho de todo se puede sacar algun aprendizaje. En mi caso me sirvió para dar un giro a mi profesión y especializarme en fisioterápia uroginecológica.
Un saludo.