Por cierto, no es que el nonato carezca de derechos: tiene los de su madre por extensión, aunque no independientemente. Precisamente esos derechos que se han llevado por delante esa médico y esa juez. Por eso es tan grave.
Es lo que no entendeis algunos: que el obviar a la mujer, esa médico y esa juez no han protegido los derechos del bebé, sino que los han vulnerado, ya que al ser un todo indisoluble con su madre, todo lo malo que le hacen a la madre (una inducción en este caso, que es un procedimiento de alto riesgo, invasivo y muy agresivo), afecta también al bebé. Yo he padecido la combinación oxitocina (la droga que se usa en una inducción) y epidural para tratar quirúrgicamente un aborto espontáneo que acabó en una hemorragia grave. No se lo deseo ni a mi peor enemiga, mucho menos en un parto normal. Esas contracciones brutales sin pausa ni descanso que van de cero a cien, totalmente lo contrario a las contracciones fisiológicas, es imposible que sean algo bueno para ningún bebé (por eso muchas inducciones, que suelen prolongarse horas y horas, acaban con sufrimiento fetal).