Soy la mujer de la experiencia, no quiero que pueda quedar incompleta la información, ni perjudicar al colectivo de matronas. Me refiero a la ginecóloga que practicó la cesárea como un ángel porque no fue la que recetó la mezcla. El parto se produjo a las 8:26 de la mañana, justo tras el cambio de turno. La dolantina y el haloperidol fueron administrados sobre las 03:00 y. La ginecóloga que la prescribio ni se asomó al paritorio. Estuve horas así hasta que la ginecóloga que entró en el cambio de turno se encontró el pastel y decidida lo resolvió. He de decir que en ningún caso se me permitió moverme, deambular, ni pelota, ni masajes ni ducha de agua caliente. No se espero ni una hora a ponerme oxitocina. Después se me dijo que claro, que como las contracciones eran mantenidas. En fin. Hasta que me llevaron a quirófano no vi a la ginecóloga que nos salvo. Y en esas horas sólo a la matrona. Que no era una persona muy empatica, más bien parecía que le molestaba tener que estar ahí. Mi parto fue nocturno. Y en defensa de muchas matronas he de decir que me he encontrado con mujeres realmente buenas profesionales, entre ellas la de mi centro de salud, que ha estado pendiente de mi hijo y de mi y nos ha ayudado mucho a mantener la lactancia. Como en todas las profesiones, hay buenos y malos profesionales. Y no se puede generalizar.