En mi caso debo romper una lanza a favor de los profesionales del Hospital Río Carrión de Palencia. Mi hija, con un año, tuvo que estar ingresada una semana por una gastroenteritis muy fuerte. No me ingresaron con ella... pero me dieron todas las facilidades del mundo. Pregunté si podía dormir con ella en la cama, y no solo me dijeron que podía, es que lo recomendaban. La comida que traían, en teoría era para la niña, pero en realidad, era para las dos (traían raciones de adulto y hasta dos postres, por si no le gustaba una cosa decían, que comiera la otra). Nos atendieron muy bien. Pero es una pena que todo ésto tenga que depender de la buena voluntad del personal, y no sea algo establecido por protocolo.