Mi hijo de 20 meses estuvo ingresado en el hospital de Oviedo por una intervención de criptorquidia. Los protocolos sobre ayuno preoperatorio están obsoletos, obligando a prolongar el ayuno mas de lo necesario y sin tener en cuenta el efecto calmante de la lactancia materna. Al ingreso, la informacion sobre la intervencion es practicamente nula, no hubo visita del servicio de cirugía para aclarar las dudas que surgen en el momento. No nos fue permitido el acompañamiento a mi hijo mas que hasta la zona quirúrgica (sin vía aún ni ninguna premedicación), donde se lo llevaron con los brazos extendidos y gritando y llorando como nunca lo había visto, ese momento no tiene palabras...El acompañamiento se realiza en un incómodo sillón (eso sí, muy moderno y seguro que muy caro) y al preguntar por la posibilidad de una cama para el acompañante la respuesta fue lo de menos, porque la cara y el tono lo dicen todo... pues eso, la sensación de que estas pidiendo un lujo y en seguida te ponen en tu sitio para recordarte que no eres mas que un acompañante. Dicen que tampoco tienen almohadas. Sorprendentemente tampoco hay ducha en la habitación ni te facilitan toalla, (eso sí, hay 4 armarios bien grandes para guardar todo lo que necesites). Las habitaciones individuales son una gran ventaja, la consulta de cirugía y el trato de muchos profesionales fue adecuado. Pero el trato de otros profesionales, la falta o la desactualización de protocolos de anestesia, la falta de informacion y el apoyo al acompañante que en esta situacion es imprescindible dejan mucho que desear. Yo también trabajo en sanidad y confirmo cada dia que la voluntad es lo más importante para mejorar la atención. La buena actitud es gratis.