En el parto de mi amiga en 2017, al que asistí, había 5 señoritas estudiantes que mientras ella se moría de dolores, se dedicaban a charlar de cosas suyas durante la dilatación y a reírse, no mostrando el menor respeto.
Estoy preparando una queja contra el jefe de ginecología del hospital que me toca, pues me ha dicho que en mi parto va a haber estudiantes sí o sí porque es un hospital universitario. Le dije que la ley de autonomía del paciente estaba por encima del protocolo de cualquier hospital y me volvió a repetir lo mismo. Así que me voy al hospital central de mi comunidad, también universitario, donde me dijeron que rellenarse unas hojas y sin problema, así como que había más partos accesibles que mujeres que no queríamos espectadores, así que no se iba a quedar sin aprender absolutamente nadie.
Para mí la intimidad en el parto es fundamental y desde luego, si entra otro grupito a charlar y a pasar el rato me las como y no quiero estar pariendo cabreada. Ni soy un conejillo de indias, ni mi parto una romería. Que aprendan con quien quieran, pero conmigo, no. Yo no soy el derecho de nadie.