Cuánta razón. Elegir el hospital donde parir me trae de cabeza desde el día que me enteré que estaba embarazada. Mi primera opción era parir en casa, pero finalmente decidí que no. Es mi primer embarazo, me he informado todo lo que he podido y más (mi pareja también lleva la lección aprendida) para que el día en cuestión pueda tener un parto respetado. Aún así el miedo, no al dolor, sino a que la falta de respeto y de comprensión por parte de las personas que me atiendan hagan que mi parto no vaya como debería, es decir, como sería normal si estuviese tranquila y confiada. Lamentablemente la suerte está echada.